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Terminaron de declarar los padres de Ángeles Rawson: el hallazgo, la morgue y Mangeri

María Elena "Jimena" Aduriz declaró por el juicio y dijo que Mangeri "era una cara amiga". Además dio detalles de la morgue y el reconocimiento del cuerpo.

La madre de Ángeles Rawson afirmó que el día de la desaparición de su hija, apenas advirtió que no había regresado a su casa del barrio porteño de Palermo, llamó a su celular, alguien contestó y cortó, pero inmediatamente después le dio apagado.

María Elena "Jimena" Aduriz formuló esta declaración testimonial en el juicio oral que se sigue al portero Jorge Mangeri y en base a ésta se puede inferir que tal vez el asesino de la adolescente de 16 años usó su teléfono, el cual nunca fue encontrado.

Aduriz recordó que el 10 de junio de 2013 su hija debía regresar a las 21.15 de su clase de inglés, pero no lo hizo. "Le mando un mensaje de texto a las 21.30, no contesta y a las 21.40 la llamé al teléfono, el celular sonó, alguien contestó y cortaron, después daba apagado", relató Aduriz.

En otro tramo de la declaración aseguró que Ángeles "se cuidaba las uñas" y luego aclaró que una uña que fue secuestrada en el auto de su pareja le pertenecía a ella, porque se la había roto la semana anterior. Las uñas de la joven son clave en esta causa ya que debajo de ellas se encontró ADN de Mangeri, la principal prueba que lo incrimina en el caso y que su defensa cuestiona. Además el portero presentó lesiones compatibles con arañazos cuando fue detenido, lo que se interpretó como heridas producidas por la víctima en su intento de defenderse.


"Jimena" se refirió a cómo se enteró del hallazgo del cuerpo de su hija y relató que fue el 11 de junio alrededor de las 14, cuando su madre la llevó a su cuarto: "Al rato entró mi prima (Cecilia) con la cara desencajada y dijo que habían encontrado un cuerpo, que no estaba confirmado, pero tenía el uniforme del colegio. Salí y me di cuenta de que era ella porque lo escuché gritar a mi hijo Jerónimo. Me di cuenta de que era ella y me caí al piso".

La madre de Ángeles recordó que mientras buscaba a su hija efectuó varios llamados, entre ellos a Mangeri, pero que éste no la atendió, lo cual fue admitido por el ex encargado cuando declaró el miércoles.

También dijo que hasta un mes y medio antes del crimen del homicidio de su hija el encargado tenía llaves de su casa porque era "bueno, una persona respetuosa", pero luego no le dieron una copia cuando las cambiaron.

Mientras la mujer hablaba, el encargado comenzó a quedarse dormido y no manifestó ninguna reacción ante el testimonio y las lágrimas de Aduriz.

"Jimena" se volvió a quebrar cuando contó que al día siguiente salió a las 7 de su casa y fue a la morgue para reconocer a su hija, que había sido encontrada en una cinta donde se separa la basura en la CEAMSE de la localidad bonaerense de José León Suárez.

"Estuve ahí haciendo lo que lo que se hace en una morgue. Estuve con ella un ratito, acomodándole el pelo y dándole besos", recordó entre lágrimas y agregó que cuando regresó a su casa fue cuando pidió hablar con los medios por primera vez.

"Nunca más volví a Ravignani. Volví seis meses después", agregó.

El viernes de la misma semana por la noche, relató que estuvo "catorce horas" en la fiscalía de Paula Asaro, a cargo de la causa, para declarar y se quejó de que la acompañaban "para ir al baño".

En la última parte, Aduriz fue interrogada por su abogado, Pablo Lanusse, quien le preguntó "qué siente hoy cuando lo ve a Mangeri con la imputación que pesa sobre él".

"No lo puedo describir, siento horror", respondió la mujer, que en ese momento cruzó miradas con el encargado.

Fuente: Télam