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Secuestro virtual: el relato de una víctima en primera persona, 35 minutos de terror

Terminó pagando dinero y joyas por un secuestro de dos familiares que en realidad no había existido. Acá, su dramático relato en primera persona. Secuestros virtuales, una estafa que no para.

Una mujer fue víctima de un secuestro virtual, a continuación el relato en primera persona de uno de los momentos más difíciles de su vida:

A las 3:01 suena el teléfono fijo, me sobresalto de la cama y manoteo el teléfono. Me costó entender qué pasaba, hacía una hora me había acostado. Cuando levanto el tubo, escucho una voz de una nena que lloraba y me decía nos tienen acá, ayudanos, por favor nos van a matar, instantáneamente pensé que era mi hermana más chica, de 15 años, que estaba con mi mamá en su casa.

Le digo ¿Ani qué pasa, no te entiendo, qué pasa, qué le pasó a mamá?,  ella me repetía que había unos tipos que la tenían agarrada a mamá, que las ayude.

En ese momento , le pido que me pase con mamá, y me dice 'esperá que te paso', y siento el ruido de alguien que toma el teléfono.

Una voz de un hombre, de unos 35 años me dice: "Hola Señora, estamos acá, las tenemos secuestradas, estamos en su casa, si usted hace todo lo que yo le digo no les va a pasar nada".

Llorando le digo que por favor, que no puede ser lo que estaba sucediendo. Ahí empieza todo. Me dice que lo escuche y que si hago todo lo que dice, no les va a pasar nada. Pero que no de un paso en falso, porque las tiene ahí (yo escuchaba ruidos y llantos de fondo), y que no le costaba nada matarlas.

Me pide 50.000 dólares, le digo que no tengo, que no tengo plata y menos esa suma. Me pregunta agresivamente cuánto dinero tengo. Le respondo llorando que no tengo plata, que no les haga nada por favor. Ahí me empieza a presionar con el valor de la vida de mi familia, me dice ¿la vida de ellas no vale nada para usted?

Me trataba de vos y usted, y todo el tiempo me mencionaba que haga lo que me pedían. Me decía que revise mi casa, que busque plata, ahí le digo que le puedo dar 5000 pesos.

Y me dice, "me estás cargando ¿la vida de ellas para vos vale eso? Acá somos 10 personas, eso es una miseria y me pregunta ¿no tenés oro? Dame los dólares que tenés, ¿qué más nos podes dar?".

Le digo que tengo un sellito de oro que también se lo doy, le ofrezco una notebook, escucho que pregunta en voz alta si servía una notebook y me dice que no, que no la quieren.

Lloro, se las vuelvo a ofrecer, me pregunta que celular tengo, le digo que es viejo que no vale nada. Después de mucha insistencia me dice que me va a dar unas instrucciones. Me ordena que busque todo y lo guarde en una bolsa blanca. Me dice que tengo dos minutos, y que no haga nada, porque tiene gente en la puerta de mi casa. Me dice la dirección exacta de mi casa.

Lloro, porque pienso que deben estar en el edificio, o algo así, que quizás agarraron las llaves que hay en la casa de mi mamá y están adentro esperando a que yo salga.

Corro, meto el dinero y el anillo en una bolsa. Le hago un nudo y tomo el teléfono nuevamente y le digo que ya está. Me pide que baje y que lo ponga en el medio de la calle. Le digo que no, porque me van a agarrar, que me iban a matar a mí y a mi mamá y a mi hermana.

Me dice que no, que es un hombre de palabra, me pregunta el  nombre. Se lo digo como una estúpida. Le digo que no, que no voy a salir. Le ofrezco tirarlo por el balcón, a pesar de que no tengo balcón. Cuando se lo digo, lo repite en voz alta, como esperando que alguien le diga si de ese modo va a estar bien.

Me dice que sí, que lo tire por el balcón. Ahí me doy cuenta que están en la calle, pero que no saben en qué departamento estoy. Le digo que está bien, que voy a bajar y tirarlo por la reja.

Me dice que esta bien, que baje ya. Entonces abro la puerta, y me subo al ascensor, llorando. Cuando llego al palier, veo desde la puerta de vidrio, un chico de pelo corto, en bermudas claras y con remera a rayas, que camina en la vereda del edificio, con la cabeza siempre mirando hacia abajo.

Va y viene desde un costado al otro. Llega a un extremo de la vereda, gira y camina en el otro sentido. Lo veo hacerlo varias veces, tomo fuerzas y abro la puerta de vidrio.

Me acerco a la reja  y paso el brazo entre dos barrotes, lo reboleo y cae muy cerca, justo en el medio de mi vereda, donde había también justamente una bolsa amarilla.

Instantáneamente me doy vuelta y vuelvo a entrar. Cierro la puerta de vidrio y corro al ascensor. Subo, entro al departamento, cierro la puerta y voy a teléfono.Había cortado.

Agarro mi celular, y mientras intento llamar a mi tía, que no me contestaba en su celular, y encima no me acordaba el número de su casa, corro el sillón contra la puerta, para trabarla y encima a su vez pongo una mesa ratona.

Me contesta mi tía, le digo llorando que tienen secuestradas a Ani y a mi mamá, unos tipos en casa, que les dí plata pero que me cortaron, que las deben haber matado, que por favor me ayude, que las ayude. Me dice que me calme, que no me entendìa, le digo que no, que por favor no me deje sola.

Suena el teléfono por segunda vez. Era la misma voz. Me dice que le mentí, que había menos plata, le digo que me habré equivocado, le pido perdón, para todo esto mi tía estaba en línea escuchando mis gritos.

Me dice que como falté a mi palabra, las va a matar, que las va a matar. Le pido que no, le suplico, me dice que sino le doy al  menos diez mil pesos, las mata.

Le digo que no tengo ese dinero, me dice que busque, que debo tener. Le pido que me de tiempo para conseguirlo. Finalmente me dice, "a quién vas a llamar a esta hora, y pedirle esa plata. Te van a preguntar y nos van a denunciar y las mato".

Le digo que puedo intentar llamar a mi tía, me dice que no, hasta que me dice, dejá que la llamo yo.

Le doy el teléfono de mi tía, me pregunta el nombre, y me dice quiero escuchar cómo se los pedís vos. Escucho que la llama (yo ya había cortado la comunicación y mi tía, me enteré después, para todo ésto había llamado desde el celular al 911).

Escucho que le dicen, "Hola Sra. Ahora le voy a pasar con V... que le quiere decir algo".

Lloro, la escucho del otro lado del teléfono. Le empiezo a decir que las tienen secuestradas, que quieren plata porque las van a matar.

Escucho que alejan el teléfono, y toma mi llamada otro hombre, con voz de una persona un poco más grande. Me dicen que son gente buena, que no las lastimaron todavía, pero que si no les doy lo que me piden, no les dejo opción.

Escucho que el otro habla gritando con mi tía. Se acerca al tubo y me dice, su tía me cortó,  va a llamar a la policía, no nos cree, así que las vamos a matar.

Lloro, le pido por Dios, me dice que no pida por Dios, y que evite que llamen a la policìa."Te doy dos minutos para que llames a tu tía y le digas que no llame a la policía porque las mato", me dice.

Corto, llamo a mi tía, al celular, al fijo, me dan todos ocupados. Vuelve a sonar el teléfono fijo, era la voz de vuelta.

Me pregunta si hablé. Le digo la verdad, que no la pude ubicar, me dice que es mentira, que seguro llamamos a la policía. Me dice que la llame que él espera en el tubo, que quiere oír cómo le pido que no llame a la policía.

Llamo a mi tía, se cae la mesa ratona que había puesto sobre el sillón, para tapar la puerta. Me grita y me pregunta qué es ese ruido, con quién estoy. Le digo que nada, que estoy sola, que se me cayó la silla en la que estoy.

Instantanemente me dice, Sra. no llame a nadie, ya está, esto es todo mentira, no llame a nadie, no tengo ni a su mamá ni a su hermana, ni a nadie. Corte y olvídese, no llame a la policía ni a nadie.

Empiezo a preguntarle qué pasa, qué dice, no entiendo nada, me corta. Agarro mi celular y llamo a mi mamá, me contesta con voz de dormida. Lloro, le pregunto si está bien, me dice que sí, que qué me pasa, escucho que hablaba con mi tía por la otra línea.

Me dicen que la policía está en camino, suena el timbre. Corto los teléfonos, estoy en el piso sin saber qué hacer, pienso que es el teléfono de nuevo.

Pasan unos segundos, hasta que me decido y me acerco al portero eléctrico, digo hola y me dicen, "sí, policía".

Le pregunto cómo sé que es verdad, me dice que baje y que me quede detrás de la reja si quiero. Dudo, pero ya no me quedaba opción.

Agarro mi teléfono tomo el ascensor, llego a la entrada, abro la puerta de vidrio y había un policía sólo.

Me pregunta qué me pasa, llorando le cuento lo que puedo,mientras pasa un hombre en bicicleta, lento mirando.

Avisa por handy, llega luego el patrullero y se acercan varios policías. Les describo al hombre que vi en la puerta. Mientras, mi mamá me llama por teléfono y le digo que estoy bien. El policía me tranquiliza. A las 4:05 llegan mi mamá y mi hermana. 

Nos quedamos en mi departamento y a las 6 de la mañana fuimos a la comisaría 45 a hacer la denuncia. Cuento todo, y me dicen que la semana pasada recibieron 5 denuncias iguales.

En la comisaría, cuando hice la declaración, repasé las llamadas y lo que me pareció una eternidad en verdad fueron 35 minutos. Me llamaron a las 3:01, y a las 3:13 yo ya había tirado la bolsa y vuelto a mi departamento nuevamente.

Fue todo muy rápido. Me sentí en una película de terror.