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Se deteriora otro pilar del modelo

* Por María Iglesia. El achicamiento del superávit comercial en abril se suma a un proceso de agotamiento de los pilares que sostuvieron el modelo económico en los últimos 10 años.

El achicamiento del superávit comercial en abril se suma a un proceso de agotamiento de los pilares que sostuvieron el modelo económico en los últimos 10 años. Si bien la economía sigue creciendo, el deterioro en los motores que la impulsaron desde la devaluación hace que se aminore el ritmo de expansión y se enciendan algunas luces de alerta en distintos frentes.

Ni el resultado de la balanza comercial es el mismo, ni el de las cuentas fiscales, como tampoco el valor del dólar, ni el de los salarios. Todas estas variables se conjugaban de otra manera en la salida de la crisis de 2001 pero hoy, a casi 10 años, se percibe un deterioro. Por caso, a la caída del superávit comercial de ayer de un 38% se suma que al resultado fiscal primario se llega con ayuda de fondos del Banco Central o de la ANSES, que puntualmente en abril llegaron a casi $ 1.000 millones. Además, el tipo de cambio medido en términos reales (es decir, teniendo en cuenta los precios) en algunos sectores de la economía ya se equipara al de la convertibilidad.

«El modelo no es el mismo. No está claro cuál es hoy el patrón a seguir, pero no existe ninguno de los tres pilares que había antes. Y a esto se suma la fuga de capitales», sostuvo Fausto Spotorno, de la consultora de Orlando J. Ferreres y Asociados.

Los números de la balanza comercial difundidos ayer por el INDEC, a cargo de Ana María Edwin, evidencian que, a pesar de las trabas que se impusieron para ingresar productos al país, ahora conviene más importar algunos bienes que producirlos localmente. Cuando se busca un culpable, todos los señalamientos son para la inflación. «En una economía que crece, con los salarios en dólares que aumentan continuamente y con el mundo en deflación, se está importando de todo», sintetizó Spotorno. En ese sentido, resaltó que el camino de imponer trabas comerciales no es el acertado. «El mundo ya pasó por esto y terminó en una recesión de 10 años», alertó.

A pesar del achicamiento del superávit comercial, los economistas no creen que este año puede haber déficit en las cuentas externas. Pero sí vaticinan que 2011 puede cerrar con un resultado de alrededor de un 30% menor que el de 2010, en torno a los u$s 8.000 millones.

Ramiro Castiñeira, de Econométrica, explicó que «al no tener superávit fiscal, el Gobierno pierde la herramienta de sostener un dólar alto para lograr un buen resultado comercial». De esta manera, señaló que lo más importante sería equilibrar las cuentas fiscales, aprovechando la bonanza actual, aunque reconoció que el Gobierno no parece ir en ese sentido.

El deterioro de estos pilares no significan que se avecine otra crisis. «La dinámica de tipo de cambio fijo e inflación genera preocupación a futuro, pero todavía hay margen para actuar», resaltó Castiñeira. En ese sentido, dijo que «luego de haber creado 5 millones de puestos de trabajo, es difícil que no aumenten los salarios, y el valor del dólar responde a esta situación».