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Saqueados en Año Nuevo

Salieron de su casa para celebrar la llegada del año nuevo junto a sus familiares, y al regresar descubrieron que la vivienda había sido asaltada.

Una familia que había salido de su casa para celebrar junto a familiares la llegada del año nuevo descubrió, al regresar, que la vivienda había sido saqueada por delincuentes, quienes se llevaron dinero, joyas y otros elementos de valor.

El episodio se produjo en el barrio de Etcheverry, donde desde hace un mes vive vive el matrimonio que sufrió el robo.

Los ladrones, de acuerdo con lo señalado, actuaron con total impunidad y tuvieron tiempo hasta para abrir la heladera y desparramar quesos por toda la cocina.

Al escapar se llevaron un botín que incluyó desde dólares y joyas, hasta una antigua reliquia familiar y una Biblia en la que los dueños de la vivienda guardaban el dinero de un centro parroquial, según lo señalado por el diario El Día de esta ciudad.

Las víctimas del asalto fueron Enrique Schulz y su mujer, Elena, quienes viven en una casa de la calle 44 y 217, ubicada junto a donde funciona su maderera.

De acuerdo con lo determinado, los desconocidos habían ingresado a la vivienda por los fondos: forzaron uno de los accesos, arrancaron íntegra una reja y luego irrumpieron en la
propiedad.

Según contó Elena al diario El Día, hacia las 21:30 del 31 de diciembre ella y su marido se fueron de la casa para pasar la cena de Año Nuevo junto a sus familiares. Cuando volvieron, hacia las 2:20 de la madrugada, se encontraron con el inesperado panorama. 

En un primer momento pensaron que los ladrones todavía podían estar adentro, e incluso la mujer sostiene que hasta se escucharon ruidos.

Posiblemente, al advertir que ellos llegaban, los ladrones huyeron por el fondo de la propiedad.

Adentro estaba todo revuelto. "Dejaron abiertos todos los cajones, la ropa tirada, habían desparramado queso en la cocina, no sabemos si comieron", relató Elena.

A pesar de que los delincuentes se alzaron con un importante botín, que incluyó una suma no especificada de dólares y joyas, además de filmadoras, cámaras digitales y otras pertenencias, lo que más lamentaron las víctimas fue que se llevaron elementos de valor afectivo.

Gabriela Raquel Schulz, hija del matrimonio, explicó que los delincuentes sustrajeron una escopeta antigua calibre 16 y de doble caño, "que era una reliquia de mi abuelo y que para mi papá tenía un valor personal muy grande".

Los delincuentes también se llevaron una Biblia que contenía el dinero que Elena guardaba de una entidad parroquial en la que se desempeña como tesorera.