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Sacarle el cuerpo a las cosas

*Por Ricardo Roa. El ministro Randazzo reclamó que no se le pida "que en un año haga lo que no se hizo en cincuenta" con los ferrocarriles.

*Nota extraída del diario Clarín

El ministro Randazzo reclamó que no se le pida "que en un año haga lo que no se hizo en cincuenta" y nadie deja de entender lo único que se puede entender: no me pidan que me haga cargo de lo que hizo o mejor dicho de lo que no hizo el kirchnerismo con los ferrocarriles en los nueve años anteriores. O lo que es lo mismo, si hay quejas que las atienda De Vido, que manejó siempre todo.

Cristina Kirchner le endosó a Randazzo los ferrocarriles después de la tragedia de Once. El ministro es un profesional del poder, como un clon de José Luis Manzano con menos vuelo intelectual. Y comparte con el ex hombre de Menem y ahora hombre de negocios y operador K el gusto por la ropa cara y por los relojes aún más caros. También que es un kirchnerista transgénico: Manzano lleva genes de Menem; Randazzo, de Duhalde y de Felipe Solá, de quien fue jefe de gabinete en Buenos Aires y con quien terminó peleado a muerte.

No siempre resulta gratis ser optimista. En enero, Randazzo le dijo a un diario oficialista que le "gustaría ser el hombre que resolvió los problemas históricos del transporte en la Argentina". Y como si esto no fuera suficiente alarde, vaticinó que en pocos meses iba a notarse "la verdadera revolución" en la que estaba empeñado. Si alguna vez comenzó, esa revolución duró hasta la tragedia del jueves en Castelar.

Al igual que Schiavi en la catástrofe de Once que dejó 51 muertos, Randazzo cargó la responsabilidad sobre el maquinista pero lo hizo de forma más inteligente, poniendo mayor cuidado y sin culparlo directamente. "¿Accidente o siniestro?", se preguntó. "Eso lo va a resolver la Justicia", se respondió. En realidad, no fue ni accidente ni siniestro sino las dos cosas: un accidente siniestro, como dice el lector Carlos Bottino.

El vocero del gremio dijo que, según el maquinista, los tres frenos del tren habían fallado y que por eso cuando vio que iba a chocar salió corriendo de la cabina como el comandante Schettino del puente de mando del Costa Concordia. La hipótesis del Gobierno y de las empresas es que los frenos funcionaban y que el maquinista no los accionó, seguramente porque se quedó dormido.

Pero no habría existido el accidente y por lo tanto tampoco hipótesis que discutir ni culpas que repartir si el tren hubiera contado con el sistema de frenado automático, común en muchas partes del mundo. Se licitó en 2006 y debió haber estado funcionando en 2011, pero como el soterramiento anunciado cinco veces y tantos otros proyectos nunca se concretó. ¿Cómo es posible que con este estado de los ferrocarriles a la Presidente se le hubiese ocurrido la faraónica idea de lanzar un tren bala?

¿Cómo es posible además que haya designado como secretario de Transporte a un ex intendente santafesino que no entiende nada del tema y que ni se habla con Randazzo? Quizás porque la mayor contribución de Alejandro Ramos al transporte ha sido ponerle el nombre de Kirchner y De Vido dos calles de su ciudad, Granadero Baigorria.

Este jueves del choque de trenes, la Presidente entregaba préstamos para viviendas a 23 familias. "Para estas familias es un día inolvidable. Pero la vida es así. Hoy es un día de tristeza y alegría". ¿La vida es así como ella la presenta? Hay tristezas y alegrías que no pueden ser puestas en un mismo plano. Y si no, que le pregunte a las víctimas de la tragedia.