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Rusia, el trigo, el hambre y la Argentina oportuna

La decisión rusa de interrumpir las exportaciones de trigo hasta el 31 de diciembre "representa un elemento de inestabilidad en el mercado" y "una situación que no era grave se convirtió ahora en seria", declaró Abdolreza Abbassian.

Este economista es secretario del grupo intergubernamental sobre los cereales de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La agencia de Noticias francesa AFP reflejó la definición sintética, en un sistema globalizado, el efecto que pueden tener las catástrofes climáticas y la necesidad de producir alimentos en un mundo hambriento.

La Argentina debe estar preparada para asumir las contingencias favorables y las negativas internacionales que por ser impredecibles significan un cambio de actitud de la visión localista a la expectante y de profundidad.

Rusia es un caso testigo, tercer proveedor de trigo del mundo, de la noche a la mañana debió salir del mercado exportador jaqueado por sequía y brutales incendios. La Argentina es uno de los proveedores de trigo y el año pasado tuvo la peor cosecha (siete millones de toneladas) en cien años. Ahora, según el Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se intenta cubrir 4.2 millones de hectáreas que podrían dar entre 11 y 12.5 millones de toneladas. Sin embargo este cultivo de invierno puede brindar más, pero faltan incentivos y tampoco ayuda el clima con los coletazos de La Niña que ya comenzó y que en la Argentina significa futura sequía.

Rusia había encarado un proceso expansivo al formar un bloque exportador con Kazakhstán y a Ucrania, para copar una importante porción de la demanda de trigo de los países del norte de Africa. Ahora dejará sin trigo a Egipto, Israel, Irán, Turquía, el Líbano y Siria. Por lo tanto qué distinta sería hoy la posición de nuestro país si las exportaciones hubieran estado abiertas, se reintegren los montos a los productores y fluyan incentivos.

La semana que pasó cuando el trigo futuro, el que se cosechará entre noviembre, diciembre y en adelante, tocó los 200 dólares la tonelada hubo aires de renovación. Pero la realidad marca otro contexto. Se trata de un escenario donde dirigentes rurales y legisladores de la oposición que no se ponen de acuerdo sobre la reformulación de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario, ONCCA, unos buscan que dependa del Ministerio de Agricultura y otros empezar de cero.

Mientras tanto, la lucha por las retenciones segmentadas viene con toda la fuerza de la Federación Agraria que el 18 de agosto desembarcará con mil productores en el Congreso para instalar su proyecto.

En tanto, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) el pasado 11 de mayo lanzó en Roma el proyecto "1 billionhungry" (Mil millones de hambrientos). Es una campaña mundial de comunicación que ofrece "una salida creativa a los sentimientos de enojo e indignación de la gente con la inaceptable situación del hambre en el mundo".

El proyecto está enfocado en la recolección de al menos un millón de firmas con el fin de pedir a los dirigentes nacionales e internacionales que den la máxima prioridad al hambre en la agenda política. El mundo puede dar sorpresas porque necesita alimentos: ¿los productores argentinos, en su fuero íntimo, están preparados? No hablamos del gobierno porque es harina "de trigo" de otro costal.