DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

¿Resentimiento, codicia o amor prohibido? El misterio detrás del parricidio de Pilar

Ricardo y Miriam fueron asesinados, descuartizados e incinerados por sus hijos, aunque el móvil sigue oscilando entre hipótesis cada vez más macabras.

El domingo, la localidad de Pilar amaneció con una historia aberrante: una pareja que estaba desaparecida desde el 1 de septiembre apareció descuartizada y calcinada en su domicilio, y todo indica que los autores del crimen habrían sido sus hijos, uno de cada parte del matrimonio.

Miriam Kowalzcuk era la madre de Leandro Yamil Acosta, de 25 años, y Ricardo Klein era el padre de Karen, de 22. Cuando la Policía llegó a hacer un allanamiento al domicilio que los cuatro compartían, junto a otros dos hijos de 11 años del matrimonio, los jóvenes se entregaron. La conclusión fue inmediata: ellos fueron los responsables.

Sin embargo, el móvil del parricidio sigue siendo un misterio y, aunque se manejan varias hipótesis, cada una resulta más inverosímil que la anterior. Desde rencor acumulado, hasta el deseo de vivir un amor en libertad, todas concluyen en lo mismo: Karen y Leandro cometieron parricidio e intentaron borrar las huellas del crimen.

Una de las primeras teorías que barajó la Policía está relacionada a las condiciones de vida a las que el matrimonio aparentemente sometía a toda la familia. Al respecto, hay dos datos clave: los jóvenes habían radicado hacía algunos días una denuncia en la comisaría por el maltrato al que eran sometidos los mellizos de 11 años, hijos del matrimonio y medio hermanos de ambos. Por otro lado, está la única declaración que Leandro Acosta alcanzó a realizar: "Vivíamos como ratas, ¿a ustedes les parece?", dijo durante el operativo policial en el que encontraron a su madre descuartizada.

Ricardo y Miriam se ganaban la vida como cartoneros y recolectores de basura. Aunque llevaban una vida bastante modesta, un vecino afirmó que no eran para nada pobres. Al contrario, el hombre afirmó que contaban con los recursos suficientes como para tener cuatro propiedades a su nombre. Por otro lado, los mellizos concurrían a un colegio privado de la zona de Pilar de cuota bastante elevada. Dada la evidencia, cabe preguntarse por qué Leandro habría hecho tal declaración.

Por otro lado, existe una segunda hipótesis. Según declaraciones de vecinos del barrio, los jóvenes compartían un vínculo más estrecho que el formal, ya que además de ser hermanastros por el vínculo de sus padres, eran amantes. Este dato, tan evidente para la gente del vecindario, no estaba blanqueado ante los padres de la pareja. Ante esto, es imposible descartar por completo un macabro plan que les permitiera vivir su amor sin restricciones, que incluyó el asesinato de sus padres.

Sin embargo, existe una tercera y más macabra pero concreta teoría, es la que afirma que el crimen fue cometido por codicia de dinero. En línea con la primera hipótesis, todo indica que el matrimonio contaba con más recursos económicos de los que aparentaba. Incluso, se encontraron en la casa ahorros por 8 mil dólares. Ese dinero habría ido a parar, como herederos, directamente a Leandro y a Karen, si no los hubiesen descubierto. Hay un último dato al respecto que despierta alarmas. Según informó Mauro Szeta, Leandro es un fanático extremo de River y su sueño era viajar a Japón a ver la final de la Copa Intercontinental.

Ante tales argumentos, el misterio crece. La falta de aparición del cuerpo de Ricardo no contribuye a su resolución. Por el momento, ambos jóvenes siguen detenidos y la Justicia continúa investigando.