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Refugio médico para Chávez

Cómo es el Cimeq, uno de los centros médicos estrella de La Habana. Los argentinos que se atendieron allí.

Aquella mañana de viernes de junio, los miembros del equipo de traumatología del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq) en La Habana encararon hacia el quirófano Nº 1, habitualmente reservado para sus intervenciones. No fue poca su sorpresa cuando, sin previo aviso, lo descubrieron cerrado y esterilizado para una cirugía pero que no era la suya. Y allí les notificaron que habían reasignado su paciente junto a su unidad médica a otro salón del hospital. Alguien había programado una intervención quirúrgica en aquel lugar pero, extrañamente para el rigor profesional del centro de trascendencia internacional, no había mayores informaciones para el plantel médico sobre los motivos de la decisión.

No fue hasta el día siguiente, por la tarde, que el equipo de traumatólogos terminó de encastrar las piezas del rompecabezas y se percató de que el error de desinformación no era tal. Fue cuando tomaron conocimiento por la televisión que el misterioso paciente era Hugo Chávez. Y que la intervención para removerle entonces el "absceso pélvico", que terminaría declarándose como un cáncer, había tenido lugar en el quirófano reservado que solían utilizar ellos en el Cimeq. Luego, llegaría la confirmación de sus jefes.

La anécdota, narrada bajo reserva a NOTICIAS por uno de los médicos de aquel equipo de traumatología confirma, por un lado, que el renombrado centro médico cubano fue el emplazamiento secreto de las intervenciones del año pasado al bolivariano. Y contribuye a respaldar la información del periodista venezolano Nelson Bocaranda –quien anticipó el último viaje a La Habana de Chávez previo anuncio oficial de una tercera cirugía– que fue a este mismo centro médico adonde acudió el líder bolivariano para su última operación.

Pero, además, la anécdota ayuda a entender cómo el cerrojo hermético de la confidencialidad profesional funciona con efectividad en Cuba donde no solo no se filtra información hacia el periodismo extranjero pero tampoco dentro del propio universo médico del centro. "Nunca noté movimiento extraño alguno en los días previos", narró este profesional con la condición de no comprometer su labor en Cuba de años divulgando su identidad. No en vano, por sus habitaciones pasaron todo tipo de políticos y famosos, entre ellos varios argentinos, que prefirieron mantener reserva sobre su salud y buscar en la isla una esperanza científica para sus dolencias.