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Raúl Taibo: "No me preocupa lo que vendrá"

*Por Verónica Pagés. Tras un año intenso en TV con el éxito de Malparida, el actor protagoniza otro suceso en la costa, con Cuando Harry conoció a Sally

Faltan 30 minutos para que comience la función, y Raúl Taibo se pide una ensalada de frutas en el bar que está al lado del teatro donde protagoniza Cuando Harry conoció a Sally , junto a Araceli González. Lejos de estar ansioso porque la entrevista empiece y termine de una vez, se lo ve relajado, despreocupado; ni siquiera mira el reloj. Debe estar seguro de que sin él no empiezan. Pero más allá de cualquier atisbo de ego descontrolado, lo que hace el hombre es tomarse tiempo para cada cosa y dejar que las cosas fluyan. Hace mucho que tiene esa filosofía de vida y difícilmente la cambie ahora, a los 57 años, después de 40 en la profesión. No es casual que los años -que acaba de cumplir- no se le noten en el rostro y que todavía pueda asumir con solvencia y comodidad el rol de galán (aunque hace mucho que dejó de creérselo).

Así las cosas, Taibo come su ensalada y conversa tranquilo; se lo ve bien. Después de un año intenso metido en la piel de Lorenzo en la tira Malparida de El Trece, tuvo la fortuna de jugar a ser Harry Burns, el verborrágico y enamoradizo "amigo" de Sally Albright, los protagonistas de la obra que, para cine, escribió la prolífica Nora Ephron y que ahora es una de las piezas más vistas de la temporada marplatense.

"La verdad: no pudo haber salido mejor, lo que pasó con Malparida [y todavía pasa, la tira terminará el lunes próximo] fue muy fuerte, de un nivel de furor que me hacía acordar a temporadas pasadas, y eso había que aprovecharlo, digamos, acompañarlo, y fue hermoso que saliera lo de Harry, un personaje que me encanta hacer en esta ciudad que me crió", comienza a decir Taibo.

-Igual, siempre en tu carrera fue más o menos así: tiras durante el año, teatro en verano?

-No te creas. Esta vez, tuve que hacer el esfuerzo para no repetir lo que venía haciendo el último tiempo, que era correrme del plano apenas terminaba algo para recuperar cierta tranquilidad. Pero esta vez no quise dejar pasar un muy buen momento.

-¿Te genera mucha presión la necesidad de estar vigente?

-No; ya fui y vine tantas veces que no me preocupa tener otra vez la taquilla que tiene esto; eso es lo que el mercado dice que hay que hacer, pero no está necesariamente vinculado con el bienestar, la felicidad o la salud. Como esto lo manejo más desde lo humano que desde lo profesional o el mercado, estoy más tranquilo. Además, pronto se estrena una película que filmé el año pasado, El túnel de los huesos, de Nacho Garassino, una historia real a partir de una fuga de presos de la cárcel de Devoto en los 90. Y con Harry? quizás hacemos gira y luego vayamos a Buenos Aires? Es probable que todo eso me tenga menos ansioso con lo que vendrá.

Si se repasa un poco la historia de Taibo como actor, nunca le importó demasiado lo que vendría. Las cosas le fueron llegando sin buscarlas demasiado. De hecho, nunca tuvo la intención de ser actor, hasta que se dio cuenta de que ya lo era; quería ser arquitecto y hacia allá apuntó, pero la necesidad de buscar trabajo mientras estudiaba lo llevó a presentarse a una convocatoria para leer noticias en Canal 9. Tenía 17 años y terminó como asistente de piso en Nuevediario . Luego fue ayudante de cámara, reflectorista, cameraman ? Taibo no necesitaba ser actor para firmar los primeros autógrafos: con la cámara en mano, "hacía facha" por la calle, según dice; el pelo largo ayudaba ("Deben de haber creído que trabajaba en Música en libertad "). Sus amigos técnicos fueron los que lo empujaron delante de las cámaras; por ellos aceptó hacer un meritorio en un programa nuevo. Todo fue muy natural aunque no estaba del todo convencido. "De a poco me enganché; me metí en el medio, aparecieron las chicas, y eso era algo que no iba a dejar pasar; además, en arquitectura la que me gustaba no me daba bola. Tuve que abandonar", dice, muerto de risa.

Lo primero que hizo fue La familia duerme en casa ; luego vino la primera obra de teatro, El día que secuestraron al p apa, y al poco tiempo una película, Hipólito y Evita . La seguidilla es imparable, año tras año; casi no hay baches. Así y todo, a Taibo le costó bastante tiempo darse cuenta de que eso siempre había sido lo suyo. Debe de haber ayudado el furor de Los Galancitos, pero lo que lo despertó y convenció de que era definitivamente un actor fue una experiencia de teatro de investigación que se animó a encarar con Susana Torres Molina, Miguel Angel Solá, Juan Leyrado, Ana María Picchio y Gerardo Romano. "Después de 10 años de estar trabajando, sentí que era actor y que me gustaba serlo. Estaba más grande; mi vida personal había cambiado. Me había casado; también, separado; había hecho todos los experimentos que había querido? Empecé a disfrutar y todo comenzó a funcionar fenómeno."

-¿Sentís que hubo algún personaje al que le debas todo lo demás?

-No, no lo pienso así. Para mí, todo fue un proceso paulatino, sostenido y natural; se fue dando, se fue construyendo y yo, aparentemente, lo supe acompañar. Era cuestión de dejarse fluir.

PARA AGENDAR

Cuando Harry conoció a Sally : con la dirección de Manuel González Gil. Teatro Provincial, Bvd. Marítimo 2544, Mar del Plata. Miércoles, viernes y sábado, a las 21 y a las 23.15; jueves y domingo, a las 21.