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¿Qué tienen en la cabeza las vedettes?

Mucha es la gente que las admira; muchas son, además, las mujeres que sumidas en admiración aspiran a ser cómo ellas. Sin embargo, los especialistas nos revelan un costado no muy alentador de estas mujeres ¿Inseguras? Enterate en DiarioVeloz.com.

Diversas son las teorías respecto a las tendencias de los estandartes femeninos. En principio, se culpa a la sociedad por las exigencias impuestas al género. La imperiosa necesidad de "ser" ó "tener" determinados dotes para el ingreso a específicos puestos de trabajo ò las agrupaciones antropológicas que surgen y se desprenden del aspecto físico de las mujeres, conducen a estas a sumirse bajo las pretensiones ajenas y hacer lo posible para "llegar a ser".

Un ejemplo claro de esta discriminación son las denominadas vedettes que, para ingresar en el mundo del espectáculo y a la llamada revista, por ejemplo, deben de tener pechos prominentes, cinturas diminutas y curvas varias, entre las que se incluyen muchas veces, las formadas por los labios y los pómulos, que paradójicamente deforman el delineado natural del rostro femenino.

Siendo esto venerado por los medios de comunicación entonces, se sitúan esas imágenes como estereotipos a alcanzar y muchas mujeres quieren ser y verse como ellas. No obstante, los especialistas nos afirman que son estas chicas las que tienen una predisposición mucho mayor a sufrir trastornos psicológicos agudos y, de hecho, afirman que padecen de patologías relacionadas con la inseguridad y con una imperiosa necesidad de aceptación por la que, en consecuencia, se someten al molde del medio aunque este les exija mutar por completo.

Respecto a esto, Luis López Yarto, Profesor de Psicología de la Universidad Comillas de Madrid, nos relata que existe "una tendencia radical del hombre, largamente comprobada, de poner orden en el inmenso cúmulo de datos que le llegan del exterior" y que es esa acumulación de datos, entre las que preponderan los mandatos sociales, las que en personas de baja autoestima genera el desequilibrio de la inconformidad con lo que se es.

A su vez, investigadores canadienses, sostienen que el nivel de endorfinas que libera una mujer que se encuentra sometida a las miradas del público cotidianamente, es tan bajo que incluso puede generar diversas enfermedades relacionadas con la tristeza y la pretensión exacerbada.

Las presiones, además, hacen que las denominadas "hormonas de la alegría" se `extingan` en estas mujeres y de esa manera son las principales candidatas a caer en la depresión y las ´bajas defensas´(sistema inmune debilitado) que, asimismo, conlleva a enfermedades varias, entre las que no se destacan los cánceres varios.

Sin ir más lejos, los continuos sometimientos al quirófano presentan, desde ya, multiples trastornos en los pacientes por los procesos de sanación que conllevan y, psicológicamente hablando, se requiere de un trabajo interno importante para la aceptación de el nuevo aspecto adquirido, lo cual genera un shock (expresado o no).

En conclusión, detrás de los cuerpos esculturales, los rostros perfectos, y las pretensiones de perfección a las que se someten estas mujeres acarrean diversos trastornos que son consecuencia de un grupo que padeció, tal vez desde su nacimiento, una imperiosa necesidad de afecto, aceptación, inserción a grupos de pares, inseguridad y baja autoestima. Trabajar la aceptación y desde ese punto superarse cómo seres individuales es, para estas personas, cuasi un imposible.

Después de saber esto ¿No preferís quedarte tal cual sos?