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¿Qué es de la vida de Patricia della Giovampaola?

Tras la muerte de su marido, el príncipe Rodrigo d'Arenberg, rehizo su vida con un respetado intelectual francés.

Nació en la Toscana, Italia. Tuvo una infancia tranquila pero su vida dio un giro inesperado cuando se casó con el príncipe Rodrigo d'Arenberg (hijo adoptivo del príncipe Eric Engelbert, onceavo duque d'Arenberg y de Marie-Thérèse de la Pöeze d'Harambure), de quien enviudó en 2007.

La primera vez que Patricia della Giovampaola visitó París era chiquita y quedó maravillada con la Torre Eiffel, el Museo del Louvre y el Arco del Triunfo. Sin embaro, nunca imaginó que la Ciudad Luz sería su casa después de casarse con el príncipe. "París es una ciudad fascinante que siempre me sorprende y en la que todos los días aprendo algo nuevo,", contó a la revista ¡Hola! antes de una producción fotográfica.

Después de la muerte de su pareja, comenzó a salir con uno de los intelectuales más respetados del país, Jean-Paul Enthoven. "Aunque sigo viendo a todos mis amigos aristócratas, con Jean-Paul estoy descubriendo un París muy distinto, en el que durante las reuniones sociales se debaten temas de política internacional y se analizan las últimas publicaciones literarias del mundo", aseguró. 

Viven los dos juntos en un lujoso departamento. Ella contó que en un principio se hospedaban en un hotel pero que "pasaban mucho tiempo en la ciudad" y por eso decidieron comprar el inmueble. "En ese país aprendí a conocer el amor por la cultura y el arte", precisó.

"A pesar de ser mi novio, Jean-Paul es mi mejor amigo. De él me gustan muchísimas cosas, pero lo que más valoro es que siempre me escucha, me ayuda, me aconseja... Admiro el gran amor que tiene por su país y el respeto con el que trata a las mujeres. Pero por ahora no tenemos planes de boda", dijo, sobre su vida en pareja.

Amante de la moda, confesó que un día de su vida "ya sea en Buenos Aires, Nueva York o Punta del Este" siempre es "muy agitado". Y agregó: "En Francia invito a almorzar a mis amigas. Por la mañana, me pongo las zapatillas y salgo a la calle como una parisina más para ir al gimnasio porque me gusta ver gente y charlar. Cmaino y hago compras como cualquier persona. Adoro perderme por las calles de la ciudad". No la pasa nada mal.

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