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¿Puede ser peligroso consumir avena?

Quiero hablarles de la avena: un cereal que, como todos sabemos, es un excelente alimento para nuestra salud. Sin embargo...

Por Pablo Martín Chef
@Pablomartinchef


Buenas y salsas, continuamos en el camino de la alimentación sana y consciente. En esta ocasión quiero hablarles de la avena: un cereal que, como todos sabemos, es un excelente alimento para nuestra salud. Sin embargo, una mala cocción o su utilización incorrecta puede hacer de su ingesta algo...¡contraproducente!

Si volvemos la vista atrás podremos observar que la avena forma parte de la historia de la alimentación humana desde hace largo tiempo. Son muchos los pueblos que se han  nutrido con este cereal a lo largo de los siglos. Sin embargo, todos ellos lo hacían remojando la avena durante horas y luego cociéndola a través del hervor prolongado.

Sólo en los últimos 100 años existen registros del consumo de avena sin este remojado previo y posterior hervor (es decir, la avena tostada, licuada o cruda).

Ustedes se preguntarán cuál es el problema con esto, y es sencillamente que la avena que no se ha cocido adecuadamente contiene almidones crudos, inhibidores enzimáticos, ácido fítico y lectinas que no han sido debidamente transformadas y resultan indigestas para el ser humano. Si consumimos avena arrollada cruda o tostada en forma regular, tarde o temprano es muy probable que desarrollemos trastornos como afecciones digestivas, alergias, inflamaciones, carencia de minerales (hierro, zinc, calcio, magnesio o fósforo) así como otros problemas.

Es por este motivo que el grano de avena integral debe ser remojado en agua y luego cocinarse bien o darle una buena cocción. Si hablamos de la avena arrollada, lo ideal es dejarla un tiempo en remojo y luego cocinarla o directamente cocinarla (pero nunca remojarla y consumirla). La tercera opción es consumir avena instantánea, esta se hidrata y listo.

Actualmente hay muchísimas opciones en el mercado que incluyen avena arrollada sin cocer, como la granola con avena arrollada y tostada, las barritas de avena arrollada, los yogures con avena arrollada ligeramente tostada, y muchas, muchas más.

La avena, al igual que el arroz, trigo y otros cereales requiere de un proceso para que nuestro organismo sea capaz de digerirla y aprovechar sus nutrientes. La única diferencia está en que la avena, a diferencia de otros, se arrolla; es decir, se aplasta el grano para que sea más fácil de  utilizar y se le hace una sutil pre-cocción que de ningún modo cocina sus almidones o transforma sus antinutrientes, como sí lo hace la cocción. Seguramente a nadie se le ocurriría comer arroz crudo, ¿pero qué pasaría si alguien lo muele y lo pre-cocina?

Los cereales que, como la avena, se componen de al menos un 50% de almidón, requieren de cocción que transforme esas partículas para poder ser digeridas. Esta transformación se logra a través del remojo y hervor del cereal (alimentación consciente), o mediante su remojo, germinación y fermento (alimentación viva).

Para hacer leche de avena arrollada, debemos elaborarla a partir de avena remojada, cocida y tamizada, en lugar de emplear la avena arrollada cruda y licuada. En el caso de que busquemos consumir leches vegetales crudas, la opción no sería entonces leche de avena, sino las semillas oleaginosas y los frutos secos, (sésamo, girasol, almendras, nueces, etc.).

Para mayor información www.pablitomartin.com.ar o en mi sexto libro de cocina "Fast Food Consciente". Y recordá que "somos lo que comemos, y lo que hacemos". ¡Hasta la próxima!
 
Pablito Martín. Chef - Periodista.
www.pablomartinchef.com.ar
www.productospm.com.ar




Receta de la semana: http://www.pablitomartin.com.ar/recetas.php?i=546