DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Problemas con moños

Nada más lindo que un regalo, pero cuando no es así ¿qué pasa? Pertenezco a esa parte de la humanidad que nunca sabe cómo hacer un regalo que provoque en el obsequiado algo más que el deseo de mandarme a freir buñuelos. Siempre meto la pata.

Por Cristina Wargon

@CWargon

Dime qué regalas y te diré de nada

Traumas al margen, hay dilemas difíciles de resolver. Veamos los más clásicos: ¿qué debemos obsequiar a esas personas que lo tienen todo? Un libro suele ser salvador si le gusta leer, sino, puede sonar hasta crítico, y de ahí en más o una tiene plata como para un Chagall o estamos perdidos. Quienes también presentan grandes problemas son los exactamente contrarios: los pobres de solemnidad. Y para colmo, sobre que son pobres son pretenciosos. Escribo y pienso en mis hijos que ya de adultos han demostrado que no escaparán al "si/no" familiar de ser talentosos pero harapientos, y en el acto recuerdo las peleas con mi hija que suele pasar veranos de cuarenta grados sin heladera, pero se ofende mortalmente si le regalo algo que no sea un perfume francés. Un juego de tazas de café, para no tomar en los vasos, la puede llevar a una ofensa imparable. Con mi hijo, en sus épocas de estudiante, he desechado las sábanas que le hacían falta y directamente le compraba todo que encontraba de Lacan (total con uno sólo de sus libros calculaba que podría entretenerse un año). Siempre queda la opción de preguntar: "qué querés que te regale". Pero según mi hija eso denota una falta de imaginación asquerosa muy propia de mí ( siempre tan dulce!)

Estropicios varios

Es probable que con diferentes detalles lo ante descripto sea común a muchos mortales (después de todo, madres e hijos suelen ser dos bandos muy hincha pelotas pero muy folklóricos) pero a estas desgracias inherentes al vivir, hay gente que suma otras. Tal es mi caso: tengo en mi haber experiencias desesperantes. La última vez que estuve en Europa, traje regalitos a muchos de mis amigos comprados con el mayor amor en París. Recuerdo con particular rencor que mi sobrino se lo dejó olvidado en casa... ¡y nunca lo reclamó! Ninguno de mis amigos colgó jamás un póster y mi hija hasta me dijo: "¿tuviste que ir a Paris para comprar esta porquería que se consigue en el Once? Probablemente hablaba por todos ¡Pero que culpa tengo yo que el mundo esté globalizado!. Debo decir que en el plan familiar solo me empata mi enano de cabecera pero por delirante. En mi último cumple me regaló una maravillosa muñeca de porcelana ..!del tamaño de una niña de siete años!... Varias veces estuvo a punto de matarme de un infarto al levantarme al amanecer y tropezar con alguien sentado en silencio en el sofá.... No se con qué artes conseguí convencerlo y cambiar el monstruo por tres muñecas normales con las que fuimos muy felices mis nietas y yo.

Siguiendo con la lista de las cosas que más que un regalo son una patada en el traste, viene toda ropa dos talles menos. Eso plantea una duda que no puedo resolver :¿ me mira con tanto amor que me ve flaca, o directamente no me ha mirado nunca?. En síntesis de la larga lista de regalos dados y recibidos queda en solo en pie, infalible y resplandeciente un buen perfume francés,

Por las dudas, cumplo en marzo. Gracias