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Por un uso eficiente del agua de riego

La sanción en la Legislatura de un proyecto que establece la creación de un Programa Provincial de Financiamiento para el Uso Eficiente del Agua de Riego resulta más que oportuno para una provincia como Mendoza, en la que el agua siempre ha sido un recurso escaso y cada vez lo es más.

La reciente sanción, en la Legislatura provincial, de un proyecto de ley por el cual se crea en Mendoza un Programa Provincial de Financiamiento para el Uso Eficiente del Agua de Riego, destinado a productores agrícolas, constituye un elemento valioso para profundizar la necesidad de un cambio en el sistema de regadío que se utilizó durante décadas y que ahora debe ser modificado por la carencia cada vez más notable del líquido que discurre desde la montaña.

En Mendoza, el cuidado del agua resultó fundamental para la vida de la población y de los cultivos. No por casualidad los oasis productivos crecieron en las márgenes de los ríos que atraviesan la provincia y no es casual tampoco que exista una Ley de Aguas que ha sido tomada como ejemplo a nivel mundial.

Paralelamente, en los últimos años el calentamiento global determina que -según los expertos- la escasez de agua se profundizará en aquellos lugares donde actualmente hay carencia, indicando también que habrá menos nieve en la cordillera y bajarán los caudales de los ríos.

En ese marco de situación, resulta fundamental la optimización del recurso hídrico. El riego tradicional, a manto, que desde siempre se utilizó en Mendoza, deriva en una pérdida de eficiencia de hasta el 40 por ciento entre lo que sale de los diques y lo que llega a las plantas en el interior de las fincas.

Expertos del INTA sostienen que una de las soluciones más eficientes pasa por el riego presurizado, destacando que el más efectivo es el sistema por goteo, lo que permite también una serie de beneficios, como la programación del riego, la ferti-irrigación, derivando los abonos y los agroquímicos a través del agua y la posibilidad de aprovechamiento de terrenos marginales o de zonas con distintos niveles sin necesidad de grandes trabajos.

Destacan que el sistema por goteo permite ampliar casi en un 60 por ciento la superficie irrigada y aseguran que se puede utilizar no sólo en viñedos, sino que puede alcanzar cultivos anuales, como la horticultura.

Precisamente hacia ese mejoramiento en el sistema de regadío apunta el proyecto aprobado por la Legislatura, que, además de crear el programa provincial de financiamiento, autoriza al Poder Ejecutivo a contraer empréstitos haciendo uso de un crédito de hasta 50 millones de pesos para 2012 y otros 50 para 2013, los que estarán afectados exclusivamente al programa.

En los considerandos del proyecto sus autores señalan que actualmente se sigue entregando agua por turno cada 10 ó 15 días y que muchas veces el turno no coincide con la necesidad de la planta, lo que de hecho constituye un problema estructural grave.

Destacan también que más del 95 por ciento de la superficie cultivada de la provincia se riega por el método de escurrimiento superficial y que con el mejoramiento del sistema de riego no sólo se ahorra agua, sino que se logra también una mejora cuali-cuantitativa de la producción, dando mayor sustentabilidad económica a la producción, a la vez que se mitigan los efectos de las aguas claras.

"Irrigamos las tierras cultivadas con el equivocado concepto de la abundancia, siendo que el agua es un recurso escaso y debemos administrarlo incorporando tecnología", dicen.

Todo lo que se haga en favor de tecnificar el riego y optimizar el recurso hídrico debe ser bienvenido. Los beneficios no llegarán sólo a los productores -esencial en una provincia con un esquema de base agrícola-, sino que alcanzarán a la población en general que también se verá perjudicada si en un futuro cercano el calentamiento global que anticipan los especialistas afecta las precipitaciones níveas en la alta cordillera.