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Por otro desembarco en Normandía

Pese a algunas ventajas comparativas respecto de los países más desarrollados, la Argentina también está inmersa en la crisis global. Julio César Moreno.

Se acercan las elecciones españolas del 20 de noviembre y también –ya el año próximo– las de Venezuela, México, Estados Unidos, Rusia y Francia. La gran pregunta es si, dada la crisis global que sacude al mundo entero, habrá un cambio de rumbo o si las cosas seguirán más o menos como están. Que en algunos países haya una rotación de partidos en el gobierno no significa necesariamente que vayan a cambiar las políticas de fondo que están en marcha.

Seguramente los socialistas se irán del Gobierno de España y que vuelve la derecha del Partido Popular, como también lo es el hundimiento del régimen de Silvio Berlusconi en Italia. Es probable que la derecha de Nicolas Sarkozy​ se vaya del gobierno de Francia y que los socialistas vuelvan al gobierno, como también lo es que el Partido Revolucionario Institucional​ (PRI) vuelva al poder en México, tras mucho tiempo de estar en el ostracismo y al borde de la extinción.

Es probable que el chavismo, con o sin Hugo Chávez, se quede en el gobierno de Venezuela, aunque con una oposición más fuerte y unida. Es seguro que el neocomunismo semidemocrático y de mercado de Vladimir Putin permanecerá en el gobierno de Rusia, aunque en este país puede haber algunos cambios.

La gran incógnita es, como siempre, Estados Unidos, donde los demócratas, con Barack Obama a la cabeza, van por la reelección, aunque naturalmente con una fuerte competencia del Partido Republicano.

En la Argentina, ya hubo elecciones generales y el kirchnerismo se queda en el gobierno para un tercer mandato, pero también aquí puede haber cambios, que ya se insinuaron con la corrida del dólar y los anuncios de aumentos de tarifas e impuestos. A diferencia de España o Francia, donde rige un sólido sistema de partidos, en nuestro país existe un partido de gobierno, que en realidad es una dependencia o sucursal de la Casa Rosada, y una oposición diezmada y desunida, que el 23 de octubre llevó seis candidatos presidenciales.

Es probable que esta situación se modifique en las elecciones legislativas de medio término de 2013, como ocurrió en 2009, pero aún es prematuro hablar de ello.

Lo cierto es que, pese a algunas ventajas comparativas respecto de los países más desarrollados, a la Argentina le comprenden las generales de la ley: también está inmersa en la crisis global, con algunos puntos en contra de mucha incidencia, como son una alta inflación que golpea a todos los sectores sociales, en especial a los más desprotegidos.

El gran tema común es el control de los flujos financieros, cuyo desborde constituye una grave amenaza para la democracia, como lo advirtió el maestro Norberto Bobbio​ poco antes de su muerte.

¿Qué hará Estados Unidos en el futuro inmediato, aparte de lo que ya está haciendo y cualquiera sea el partido político que se quede en el gobierno o retorne a él? Porque de lo que haga o decida la primera potencia del mundo dependerá, en gran parte, la suerte del resto.

Las elecciones en España, Francia y México serán importantes, pero quien tiene en sus manos el destino de Occidente son los Estados Unidos.