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Piden perpetua para adolescente por un crimen

Un fiscal pidió la pena de prisión perpetua para un adolescente de 17 años que es juzgado por el crimen de Mariano Iannetta, un estudiante de arquitectura asesinado hace un año durante un asalto a su casa del partido bonaerense de San Martín, en el que también balearon y dejaron hemipléjico a su padre.

Al igual que lo que ocurrió el mes pasado con el caso de Santiago Urbani en San Isidro, el juicio podría terminar con el imputado condenado pero sin que se le aplique una pena hasta que cumpla la mayoría de edad.
  
El veredicto se conocerá el próximo martes a las 12, en el Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil 2 de San Martín, ubicado en el edificio judicial de la calle 25 de Mayo y Pueyrredón de ese partido del noroeste del conurbano.
  
El tribunal está integrado por los jueces Bernardo Mogaburu, Gabriel Peñoñori y Eduardo Frato.

El debate culminó el miércoles con los alegatos de las partes, donde el fiscal del Fuero Penal Juvenil de San Martín Fabián Hualde, pidió a los jueces que declare al imputado penalmente responsable y que en el momento de merituar la pena se le aplique la más grave del código: prisión perpetua.

Para el fiscal, el adolescente cometió los delitos de privación ilegal de la libertad coactiva, homicidio calificado críminis causa -matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad- (por el crimen de Iannetta), tentativa de homicidio críminis causa (por el ataque al padre) y robo con arma de fuego apta para el disparo.
  
El imputado, que tenía 16 años al momento del crimen, también fue juzgado por otros dos hechos ocurridos en 2008: una tentativa de robo calificado por escalamiento en una fábrica de la localidad de Villa Concepción y un asalto a mano armada en un corralón de materiales de San Andrés.
  
Su defensor oficial, Mariano Sicardi, pidió la absolución al considerar que no había pruebas para acreditar su participación en el crimen de Iannetta (26).

Por el caso, hay otro detenido, identificado como Maximiliano Adrián Santana (22), quien en el futuro será sometido a otro debate por un tribunal de mayores.

El caso Iannetta ocurrió el 26 de agosto del año pasado, alrededor de las 3 de la madrugada, cuando la víctima, que era empleado en la municipalidad de San Martín, estudiante de arquitectura, saxofonista en una banda de reggae y ex integrante de la selección argentina de natación, fue abordada por dos delincuentes en Junín y Sáenz Peña de Villa Concepción.

Iannetta circulaba por allí con su auto Renault Clio y los dos ladrones armados se subieron al vehículo, lo privaron de su libertad y lo llevaron a recorrer cajeros automáticos.
  
Si bien lo llevaron al cajero del banco Credicoop sito en Estrada y Gutiérrez de Villa Maipú, y luego a un Banco Provincia ubicado en Estrada y Saavedra de la misma localidad, no lograron extraer dinero.
  
Una de las pruebas clave es la grabación del video de seguridad del banco Credicoop donde se ve a Iannetta amenazado y con su rostro cubierto de sangre, producto de una golpiza a la que fue sometido por los delincuentes que lo mantenían cautivo.
 
Al no conseguir dinero en los cajeros, los asaltantes obligaron a su víctima a ir a su casa del barrio San Andrés de San Martín, en Sáenz Peña 2969, donde estaban su padre Sergio Carmelo Iannetta (50), su madre y su hermana de 20 años.
  
Una vez adentro, Iannetta llevó a los dos delincuentes dentro de su dormitorio y les entregó todos sus ahorros -una suma nunca determinada en dólares-, y en ese momento su padre escuchó ruidos, se despertó y al ver a los delincuentes inició junto a su hijo una resistencia a golpes.
  
Ambos fueron atacados a balazos con pistolas calibres 40 y 9 milímetros.

Iannetta hijo recibió dos disparos en el pecho y otros tres en las piernas y murió al llegar al hospital, mientras que su padre Sergio recibió otros tres tiros que le dañaron la médula.
  
Si bien sobrevivió, fuentes judiciales comentaron que Iannetta padre, quien tenía una inmobiliaria conocida en Villa Ballester, quedó hemipléjico y nunca pudo recuperarse psicológicamente a la muerte de su hijo, razón por la que también recibe atención en un neuropsiquiátrico.