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Palputeando el Mundial: crónica de una inadaptada (II)

Para cualquier persona que no ame el fútbol, los preludios del Mundial ya son una desdicha.

Me cache en el mundial!

Cada cuatro años el país se sumerge en una alucinación colectiva. Un estado de éxtasis descerebrado cae cual un manto sobre las almas y durante un mes el corazón de los adultos y hasta de los pequeñuelos late al compás de una pelota. Pero tal vez usted, hombre o mujer, pertenezca a los abominables que alientan una inclaudicable indiferencia por el fútbol; al club de los "me ne frega". Una vez más, como en cada mundial, se sentirá desconcertado, segregado e idiota. ¡Alma amiga!, acá estoy para decirle que somos al menos dos al que los mundiales nos tienen harto.

Hinchando por cualquiera

Con cierta inexperiencia, podría creerse que si la Selección Argentina pierde en el primer partido, o no se clasifica, el furor tenderá a aflojar. Lejos de ello, de manera automática, los futboleros tomarán partido por algo.

En primer término elegirán una selección "hermana" que prometa: Brasil o Uruguay los pueden llevar al éxtasis. Pero de ser eliminada toda Latinoamérica y de perfilarse una final entre Italia y Alemania, se encolumnarán detrás de Italia. Y de quedar Tailandia y Namibia, de algún modo se las ingeniarán para hinchar por una de ellas. ¿que el deporte puede ser un bello espectáculo aun sin banderías?¡No jodan! Que si no hay pasión, transmisiones a toda hora, furia y transpiración, no es fútbol...debe ser ajedrez, debe ser.

Consejos para damas disidentes

Y aquí van algunas recomendaciones para mujeres: No intente distraer a su marido con un camisón negro. Sólo le servirá para derribar su autoestima sin "erguir" nada. No cometa actos de protesta para llamar la atención, como encerrarse en el placard o dormir en el freezer. Solo conseguirá una lumbalgia atroz o sabañones.

No lea literatura erótica. ¿Pa qué?

Si, prepárese todas las comidas que a usted le gustan y que hace mil años que no come porque no le gustan a su marido. En esos días a él le dará lo mismo mascar latas vacías.

Si, tiñase el pelo de fucsia y póngase minifalda aunque le sobren años o panza. Es imposible que alguien le haga un comentario hostil. No ven nada.

Si, prepárese esa máscara de tiza, baba de caracol, grasa de chancho y caca, que siempre le recomendó su abuelita. Si en treinta días de usarla no le hace efecto, tal vez no sirva.

Si, tómese vacaciones domésticas. Deje que el caos invada dulcemente su hogar... y hasta cuelgue a secar sus calzones en el picaporte de la puerta de calle...del lado de afuera.

Si, procure tomar un amante. Aunque le será difícil: la mercadería que queda disponible es casi nula y de funcionamiento dudoso. Si lo consigue, se dará el gusto de hacer el amor en la mesa del living... mientras no le tape el televisor a su marido.

Y por último: No se muera. Su cadáver puede quedar en el living sin cristiana sepultura, hasta que termine el circo mientras los chicos preguntan - papá por qué mamá tiene moscas?