OSECAC, la obra social de la burocracia y el desinterés por las personas
Tuve la mala suerte de necesitar nuevamente de mi obra social un domingo. ¿Por qué lo planteo así? Porque cada vez que termino en una guardia de adultos o pediátrica un sábado a la tarde, domingo o feriado en OSECAC siempre hay problemas.
Por Lorena Lalín
llalin@diarioveloz.com
@lorelalin
Con un fuerte dolor en el tobillo, mi hijo y yo acompañamos a mi marido a la única guardia que OSECAC tiene de traumatología un domingo en Capital. El lugar ("Sagrado Corazón", sanatorio de alta complejidad),un hermoso centro inaugurado hace poco tiempo, en el cual ya tuve que caer por varias necesidades de urgencia, es atendido en primer lugar por gente inoperante, que parece no entender que quienes van ahí están enfermos, y la mala manera de atender en el lugar ya es un lugar común.
Hasta la atención del médico no hubo grandes inconvenientes. De hecho, el médico se comportó muy bien, pero especificó que no podía dar un diagnóstico claro ya que eso tenía que verlo un especialista en el pie. Entre las posibilidades estaba que tuviera un simple esguince, que se solucionaba con inmovilizar el pie con una bota y unas muletas por varias semanas, o una fractura de ligamentos, que quizás necesitaba una operación para ponerle un tornillo para que pueda soldar.
Posterior a la consulta, y con la radiografía en mano, fuimos al área administrativa. Debían darnos el turno con el especialista e indicarnos dónde conseguir la bota y las muletas. Ahí empezó el calvario. En el primer escritorio no sabían informarnos. En el segundo, la empleada simplemente se desentendió de todo, afirmando que ambas cosas había que hablarlas con OSECAC, a lo que les digo que ellos son OSECAC (porque es una clínica específica solo para quienes tienen esta obra social), pero me responden que ellos son empleados tercerizados, que no saben nada. Llamo desde el lugar al 0800 que dispone OSECAC, pero el joven que me atiende sólo me repetía que el turno me lo podía dar recién el martes, y que NO había ninguna ortopedia de guardia para retirar la bota y las muletas. Mis planteos eran, por un lado que mi marido necesitaba inmovilizar hoy el pie, por ende no podía esperar 48 horas a que abran las ortopedias, y que ellos debían darme una solución, aunque sea prestármelas hasta el martes, que yo pueda conseguir las propias. Por otro lado, que era urgente que el médico lo viera porque no era lo mismo una fractura que un esguince. Ninguno de mis dos planteos obtuvo una respuesta. Salimos los tres absolutamente desairados, sin respuestas, peor que cuando entramos. Mi carácter no suele ser muy dócil, por lo cual mientras mi marido saltaba para no apoyar el pie, y mi hijo (de 4 años, después de una espera bastante larga) me decía que se quería ir y que tenía hambre, yo sólo buscaba respuestas a quien me escuchara… pero nadie quería escuchar. Todos ignoraban mi planteo. A ninguno de los empleados le importaba dar una solución, o por lo menos intentarlo.
En camino al Hospital de Clínicas, nos cruzamos con una ortopedia abierta, que no alquilaba, solo vendía botas y muletas a $600. Seguimos buscando, porque no estaba muy claro si necesitaba usarlas o no.
Con la duda a cuestas, y varias horas ya dando vueltas, fuimos al Hospital de Clínicas. Allí lo vieron, le sacaron la placa, lo analizaron dos médicos, y le informaron que solo era un esguince. Que use ambas cosas (pero que no había riesgo en esperar hasta el martes, mientras tuviera inmovilizado el pie a 90º) y que igualmente intente que el especialista lo viera en OSECAC en unos días (pelea que batallaré el próximo martes, por lo cual quizás llegue una segunda parte de este relato)
Lamentablemente, esto que me pasó hoy no es la primera vez que me pasa. Hace poco menos de dos meses, otro domingo fuimos a la guardia pediátrica por un salpullido que tenía mi hijo, a quien lo derivaron a un dermatólogo. Como ese día no podían darme un turno, esperé al día siguiente. Pero tampoco me lo querían dar, porque la derivación era de guardia. Un planteo ilógico. Justamente el médico de guardia lo derivó por una urgencia, pero los empleados tenían la orden de no tomar esta derivación, aún siendo un paciente pediátrico. Sólo su médico de cabecera (o algún otro pediatra, según los turnos disponibles) podían darme la derivación. La conseguimos. Y al otro día llamé para pedir el turno: le querían dar uno al mes y medio, pero llamé tres veces, me putee con algunos, y lo conseguí a la semana siguiente.
Más cercano fue el caso, también con mi hijo, cuando se enfermó de otitis en Mar del Plata, y la médica de guardia lo derivó al otorrino. Por supuesto, misma situación.
Hecho como este puedo relatar miles, ya que tengo la misma obra social hace unos 10 años. Un alta temprana en la maternidad, con una cesárea (que después se infectó) porque necesitaban la cama porque tenían muchos partos. La burocracia de necesitar autorizaciones miles para poder ver a un médico especialista (y que para eso pasen meses de espera), la espera de unos dos meses para obtener un turno común. Y ni hablar de un tratamiento específico de un familiar, que hace dos años se hace estudios porque tiene un nivel muy alto de glóbulos rojos, y todavía sigue dando vueltas porque no le descubren que tienen y tampoco se preocupan en atenderlo seguido para descubrirlo.
Ni hablar de los jubilados, ese es un capítulo aparte… (que lamentablemente también conozco)
Y yo pregunto, ¿la Superintendencia de Salud no es el organismo que debe controlar que estas cosas no sucedan? ¿Dónde está el gobierno cuando pasan estas cosas? ¿O será que es más práctico no meterse?
Vale la pena recalcar que la obra social es paga. No es una prepaga, pero ambos tenemos descuentos mensuales para pagar la obra social. Y la respuesta no me la dieron ahí, me la dio el hospital público.
Con OSECAC uno se siente desprotegido, rogando que nunca le pase nada a tu familia, porque no sabés si vas a tener una cobertura médica de verdad, o la que haya ese día...
Ineficiencia, burocracia, facturación e inhumanidad son las características de OSECAC, una obra social que después se jacta de brindar la mejor atención a sus pacientes, pero a la que claramente solo le importa el negocio de la medicina, cueste lo que cueste. Y pague quien pague.
En el medio, personas.
Si vos también querés tu espacio para hacerte escuchar, mandanos tu denuncia a lectores@diarioveloz.com