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Obesidad infantil, una creciente amenaza que debe ser prevenida

Una vez más tomaron estado público en nuestro país referencias médicas acerca del alto porcentaje de niños y adolescentes que presenta algún grado de sobrepeso y obesidad, en una situación que los especialistas -nutricionistas, médicos, profesores de educación física- atribuyen no sólo a la malnutrición sino, acaso en una mayor medida, al déficit de actividad física que se registra en esas franjas de edad.

El problema se vino agravando en las últimas dos décadas, a partir también del impacto que significó el avance de la televisión, las consolas de video, las computadoras y la red de internet, entre otras tecnologías que convocan la atención de los jóvenes como nunca antes, sustrayéndolos de la vida al aire libre. Está claro también que la inseguridad reinante, reflejada en el temor de los padres a los juegos en la vereda, es mencionada como otro de los factores que conspira contra la salud de chicos y adolescentes.

Asimismo, debe tenerse en cuenta el incremento del consumo de productos con altos contenidos de grasa y azúcares, entre ellos las golosinas, los snacks, las galletitas, los jugos artificiales y las gaseosas, convertidos en alimentos favoritos de niños y adolescentes.
Correspondería recordar que la Argentina es, desde hace muchos años, el país latinoamericano con mayor obesidad infantil, seguido por Brasil y México, según la Base de Datos Global sobre Crecimiento Infantil y Malnutrición de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Como se ha señalado en otras ocasiones, se está frente a un flagelo que crece en todo el mundo de la mano del sedentarismo y de la mala alimentación, asociado a graves trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, así como a un aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, como hipertensión y accidentes cerebrovasculares además de complejas patologías metabólicas como la diabetes.

Como se sabe, recientes informes oficiales que aludieron a un verdadero auge de la obesidad infantil en nuestra provincia -uno de cada cuatro chicos en edad escolar está excedido de peso y de ellos la mitad alcanza niveles de obesidad- y estadísticas dadas a conocer por el ministerio de Salud de la Nación, que destacan que más del 60 por ciento de la población argentina sufre de sobrepeso y la mitad de ellos son obesos, constituyen llamados de alerta y obligan a las autoridades sanitarias a impulsar en forma perentoria acciones y campañas preventivas.

Resulta imperioso, entonces, que se busquen alternativas para lograr que los niños y jóvenes realicen ejercicios físicos, sumándole diversión a esa actividad. En el caso de las horas de educación física en las escuelas hay que sumarles un deporte y juegos espontáneos, mientras que en cada hogar los padres deberían asignarle una mayor atención a este problema, estimulando a sus hijos a que desarrollen una vida más sana de la que llevan.