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Novela con final abierto: ¿Cómo fue la relación entre Falcioni y Riquelme en Boca?

Desde la llegada de Julio César Falcioni como entrenador se generó una incógnita en todo el mundo Boca: ¿Cómo se llevará con Riquelme? La respuesta ya la sabemos.

Boca Juniors siempre fue reconocido por el "huevo, huevo". Cualquiera lo puede confirmar, si va a la cancha observará que la hinchada aplaude cada lateral ganado a su favor, o cuando un jugador se barre al césped para recuperar la pelota. De juego ni hablar.

Siempre fue así, hasta la aparición de Juan Román Riquelme, con su dúctil pie derecho. Allí, también se empezaron a glorificar los caños, los amagues, las asistencias y lo más importante, la estética. Por ende, el dibujo táctico que pasó a formar parte de lo cotidiano, fue el 4-3-1-2. Esto significa tener siempre un enganche, un "Riquelme".

Sin embargo, en 2011 Julio César Falcioni llegó al club con otra idea: jugar sin enganche para salir campeón, de la misma manera y con el idéntico sistema táctico que utilizó en Banfield. Por eso, apenas asumió se encargó de cuestionar el estado de físico del ídolo xeneize, quien arrastraba una lesión complicada.

Por eso, en su primer torneo (fueron partidos amistosos de verano) el DT jugó sin un diez, que resguarde la figura del ausente Román. ¿Y qué pasó? No perdió ningún encuentro.

Por eso, Falcioni motivado por los resultados de verano se resistió a incluir al diez desde el arranque, pero finalmente lo hizo, el equipo no funcionó, perdió 4 a 1 y (sería poco afortunado cargarle la culpa al talentoso volante) encima el jugador se lesionó.

Por eso, al siguiente compromiso cambió el dibujo táctico (no hubo enganche) y ganó. Por eso, en el otro partido con Román ya en condiciones óptimas el DT decidió marginarlo y lo obligó a entrenarse sólo en el complejo Pedro Pompilio, o como dijo el mismo protagonista hasta hace unos días "me hizo correr como un boludo".

Por eso la hinchada de Boca, salvo la barra cantó contra el entrenador y la dirigencia pidiendo por la vuelta de su máximo ídolo de la historia.

Por eso, Falcioni se vio contra las cuerdas y recurrió a los talentos de Riquelme para evitar caer en la consideración de la gente, por más que no compartan la misma idea futbolística.

Por eso, cada vez que alguno de los dos expresaba su idea de juego se armaba una contienda a nivel nacional a través de los medios. Riquelme decía, "tenemos que tratar de jugar mejor cada día, porque la suerte se nos va a terminar" y Falcioni, que se lo tomaba muy personal, respondía "somos campeones invictos". 

Por eso la relación se tensó demasiado y ayer, parece, se partió a la mitad, luego del planteo que algunos referentes, con Román a la cabeza, le hicieron al técnico.

Por eso, Falcioni presentó la renuncia y nunca bancó a Riquelme, a pesar de que antes de enfrentar a Zamora, el equipo que desató la furia, haya manifestado que "Román es nuestro líder y estamos todos detrás de suyo".