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No puede tener relaciones sexuales por una afección vaginal, pero logró cumplir el sueño de ser mamá

La mujer de 30 años sufre de vaginismo, pero encontró la manera de tener el parto natural que tanto deseaba.

Revati Bordawekar no estaba dispuesta a dejar su sueño en el olvido e insistió todo lo necesario hasta que logró quedar embarazada. Ella tiene 30 años y una afección vaginal le impedía tener relaciones sexuales. Incluso los productos de higiene femeninos le traían problemas a su cuerpo, pero ella estaba segura de que iba a encontrar la manera.

Bordawekar, nació en la India, pero fue durante el tiempo que vivió en Estados Unidos cuando conoció a su marido Chinmay Chandragiri. Sus perfiles coincidieron en una página de citas on line allá por 2013 y al poco tiempo se casaron y se mudaron a la India.

En la noche de bodas recién se animó a contarle a su marido que padece una condición llamada vaginismo, que hace que su vagina se contraiga cada vez que intenta insertar algo. Afecta a alrededor del uno por ciento de las mujeres y ella advirtió que lo sufría a los 22 años, cuando intentó utilizar un tampón por primera vez.

Según relató, cada vez que intentaba insertar el producto de higiene femenino, su mano comenzaba a temblar y la abertura vaginal se cerraba. A pesar de esto ellos trataron de tener sexo, la última vez que lo intentaron fue a principios de 2018, pero fue una tortura.

La pareja vivió una crisis profunda. A él le costaba entender lo que le sucedía a ella. Ella no sufría pero no sabía que padecía una afección y ninguno de los dos se animaba a ir al médico.

"En ese momento no me sentía lo suficientemente cómoda como para buscar atención médica o incluso para hablar sobre lo que estaba pasando", contó y explicó que optó por patear el problema para adelante: "Aunque tenía dudas sobre lo que me pasaba, simplemente decidí dejarlo para el futuro y ver cómo iban las cosas".

Pero un día se animó y se sentó a hablar con él sobre su "profundo miedo" de lastimar su área íntima. Él aceptó y dijo que deberían "dedicar tiempo a conocerse".

Bordawekar se hizo cargo de lo que le pasaba. Asumió que no era normal y comenzó a buscar información. Encontró que su sufrimiento se debe a una afección llamada vaginismo y empezó a probar con distintos tratamientos.

Primero se le pidió que probara con los famosos juegos previos al acto sexual, que bebiera vino e incluso que usara una crema para adormecer la zona y así ayudarla a tener su deseada "primera vez". Sin embargo, ninguno de los consejos funcionó.

Los médicos cortaron quirúrgicamente el himen de la señora Bordawekar y la dilataron, con la esperanza de que superara la enfermedad, pero tampoco ayudó.

Ella soñaba con ser madre, estaba desesperada por tener hijos y decidieron probar un tratamiento de fertilización in vitro, que es intrusivo, y tuvo éxito en su segundo intento, en mayo de 2018.

"Cuando finalmente tuvimos nuestra primera prueba de embarazo positiva, no lo podía creer. Sentía que no era real y lloré de emoción. Ese día que estuvimos esperando tanto tiempo finalmente estaba aquí", relató Bordawekar.

Pero el embarazo no fue sencillo. Comenzó a sufrir sangrados y al consultar con el médico se le informó que necesitaba una ecografía vaginal, que requiere la inserción de una sonda. Otra vez su afección lo complicaba todo.

Fue un sufrimiento pero logró superarlo. Antes de comenzar el estudio Bordawekar pidió que dos miembros del personal "la tomen de las manos" y "le controlen los pies", el médico prometió insertar la sonda lentamente. Pudo realizar el estudio y tal vez allí haya encontrado la solución a su problema.

Revati Bordawekar tiene una afección vaginal que le impide tener relaciones sexuales

Revati Bordawekar tiene una afección vaginal que le impide tener relaciones sexuales

Su partera se dio cuenta de que, si se realizaba lentamente, Bordawekar podía tolerar que le tocaran la vagina y le preguntó si quería intentar un parto natural en lugar de una cesárea.

"Asistimos a una serie de clases sobre preparación para el parto que poco a poco me hicieron animarme a al menos a intentar el parto vaginal".

Finalmente el sueño se hizo real. Dio a luz a la pequeña Eva en febrero pasado, después de 48 horas de parto. Ella reveló que pidió cinco minutos para prepararse antes de comenzar a empujar.

Y relató cómo vivió ese momento: "Pensé en mi lucha contra el vaginismo desde mi adolescencia, los años en que me dijeron que me relajara y 'sucederá'. Pensé en lo mal que me sentía cada vez que me privaban de algo que era natural para la mayoría. Esta era mi única oportunidad de experimentar el milagro del parto vaginal. Y entonces supe que estaba lista para empezar a pujar".

Lejos de avergonzarse por lo que sufre, Bordawekar explica que quiere ayudar a otra mujeres a superar la problemática: "Quiero mostrar que el vaginismo no impide que dé a luz a su bebé. Viniendo de alguien como yo con grave vaginismo primario: si yo pudiera hacerlo, tú también puedes".

"Además, el vaginismo es real, no está en tu cabeza y no desaparecerá si te relajas, bebes vino o te lubricas".

Ahora, la flamante mamá se ilusiona con que todo cambie. Después de dar a luz, espera que el sexo con penetración completa ya no sea un obstáculo para su esposo Chinmay.

"Todavía no hemos probado el sexo, pero estoy seguro de que ya no será una barrera".