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Nazarena: "Dios aferró a Thiago a mi vientre, y me dio otra oportunidad para ser feliz"

*Por Julieta Mondet. Desde Córdoba, donde arrasa con "Flor de Pito", y a nueve meses de la muerte de su hermana Jazmín, Nazarena Vélez celebra la vida gracias a la familia que supo formar.

El sol es el rey de la tarde en Villa Carlos Paz. En la acogedora casa emplazada en medio de uno de los más exclusivos barrios privados de la villa, reina un alegre caos que se desenvuelve entre los ruleros, el maquillaje, y el vestuario de Nazarena Vélez (35); y el propio mundo del resto de los habitantes: su pareja Fabián Rodríguez (42), y sus hijos Bárbara (16), Gonzalo (10) y Thiago (tres meses), todos de diferentes padres. Son ya casi las seis de la tarde y la vedette se muestra feliz, enérgica, rodeada por sus hijos y dando notas para después irse al teatro a hacer "Flor de Pito". Todo es luz para ella, que hace nueves meses vivía uno de los peores momentos de su vida tras la muerte de su hermana Jazmín en un accidente de tránsito. Una tragedia que agarró a la vedette embarazada de apenas tres meses y medio de Thiago, a quien ella llamará su ángel, y el responsable de haberle devuelto esa luz que hoy irradia.

"En ese momento yo estaba muy mal. Tenía sensaciones mezcladas, por un lado la muerte de mi hermanita y por el otro, la vida en mi vientre. Y yo que no tenía ganas de vivir. Encima, yo ya había perdido varios embarazos y juraba que ese no iba a ser la excepción. Tuve que hacer mucho reposo. Por eso digo que a Thiago me lo mandó Dios, fue él quien me lo aferró a mí vientre para que yo hoy pueda estar bien. Porque Thiago me devolvió las ganas de vivir, la alegría. Nada ni nadie va a reemplazar a Jazmín, pero Thiago me devolvió todo eso: la esperanza y las ganas de aferrarme a la vida. El entender que todo continúa", explica sollozando la actriz para quien hoy "la vida pesa más que la muerte" gracias a la llegada de su "tesoro", fruto de su relación con el contador y ahora también productor teatral Fabián Rodríguez. "Estoy perdidamente enamorada de mi bebé, más que la madre parezco la abuela. Es que a Barbarita la tuve a los 19 años, a Gonza a los 25 y con Thiago me siento una vieja chota", marca entre risas como para cortar con la amargura. Y en un diálogo que se desgrana a medida que el sol le va dejando paso a la luna, reflexiona con una gran claridad de rumbo: "Lamentablemente nos tienen que pasar cosas así para valorar cada instante de nuestras vidas. Y hoy estoy recontra aferrada a la vida". Enseguida, una risa de Thiago se roba toda la atención. "¡Mirá si me voy a perder esto! A mí el dolor me hizo más fuerte. Y hoy estoy maravillosamente bien y no me hago problema por pavadas", dice en referencia a su contrincante Florencia de la V.

Motivos para estar feliz no le faltan. "Estoy trabajando de nuevo con Gerardo Sofovich después de dos años de ni hablarnos; comparto escenario con mi hija Barbarita en su debut, que hizo que por primera vez las luces no las ponga en mí sino en otra persona; y puedo disfrutar de un gran hombre y compañero de vida como Fabián y de mis hijos", enumera Naza, que siempre quiso formar una familia como la que tiene hoy. "Mi modelo son mis padres Roxana y José, que hace 40 años están juntos", ejemplifica la vedette que ya bajó los 32 kilos que le dejó el embarazo, a fuerza de pollo y tomate, para luego decir con orgullo una frase muy cierta. "Me pude haber equivocado en muchas cosas, pero como madre, siento que lo hice bien. Mis tres hijos son mis pilares en mi vida. Y si tengo que engordar 700 kilos a cambio de esta alegría, lo hago".