DOLAR
OFICIAL $1415.00
COMPRA
$1465.00
VENTA
BLUE $1425.00
COMPRA
$1445.00
VENTA

Navidad 2025: cuánto cuesta celebrar las Fiestas entre regalos más chicos y una mesa presionada por la carne

La decoración ofrece opciones más accesibles, los regalos ajustan el ticket promedio y la comida vuelve a concentrar la mayor presión sobre el presupuesto familiar.


La llegada de diciembre activa un ritual que se repite año tras año en los hogares argentinos: armar el arbolito, pensar los regalos y organizar la mesa de Nochebuena. En 2025, ese ritual vuelve a estar atravesado por un factor central: el ajuste fino del gasto.

La canasta navideña muestra un comportamiento dispar. Mientras algunos productos de decoración registran bajas de precios o aumentos moderados, los alimentos —con la carne como protagonista— y ciertos regalos imponen límites claros al consumo. El resultado es una Navidad más planificada, con decisiones calculadas y compras concentradas en el último tramo del mes.

Decoración: brecha de precios y avance de los importados

El armado del árbol de Navidad funciona como el primer desembolso fuerte de diciembre. En comercios de la Ciudad de Buenos Aires, un arbolito de fabricación nacional con adornos básicos —pino, luces, bolas y estrella— supera los $77.000.

En contraste, la alternativa importada a través de plataformas como Temu o Shein ronda los $47.360, según la cotización oficial de comienzos de diciembre. La diferencia, superior al 60%, empuja a muchos hogares a optar por productos extranjeros, aun cuando persiste la preferencia por lo nacional.

De acuerdo con un relevamiento de Focus Market, la decoración navideña aumentó en promedio un 12% interanual, aunque con fuertes contrastes internos. Mientras los pesebres y las luces LED subieron cerca del 28%, los árboles premium de 1,80 metros casi no variaron y algunos adornos registraron bajas de hasta 29%, explicadas por sobrestock y promociones agresivas.

Regalos: tickets más bajos y una industria en alerta

El rubro juguetes, uno de los más sensibles en términos emocionales, atraviesa un escenario complejo. La Cámara Argentina del Juguete advirtió que el sector enfrenta una caída estructural de la demanda, vinculada a factores demográficos y culturales. Desde 2015, la tasa de fecundidad se redujo de 2,4 a 1,4 hijos por mujer, lo que achicó en más de 40% el público infantil.

A ese fenómeno se suma el avance de los dispositivos digitales y una avalancha de productos importados: entre enero y octubre ingresaron al país 17,5 millones de kilos de juguetes, un 94% más que el año pasado, con China explicando casi la totalidad del volumen.

En las jugueterías, el impacto se refleja en el consumo. El ticket promedio ronda los $35.000, impulsado por juguetes económicos como autos plásticos, masas y sets didácticos. Las compras de mayor valor —como casas de muñecas o autos eléctricos— quedan reservadas para una porción muy acotada de los consumidores. El 85% de las ventas se realiza con tarjeta de crédito.

Regalos para adultos: dispersión de precios y elecciones selectivas

En el universo adulto, la lógica también se ajusta. Los perfumes muestran una brecha marcada: desde opciones premium que superan los $250.000 hasta alternativas nacionales que rondan los $40.000. Las zapatillas, con modelos clásicos que volvieron a imponerse en 2025, se ubican cerca de los $150.000, mientras que el vino continúa siendo uno de los regalos más elegidos por su relación precio-calidad.

Ropa de verano, sandalias y carteras completan el abanico, con precios que varían según marca y diseño, pero que obligan a priorizar cantidad sobre ostentación.

La mesa navideña: la carne vuelve a marcar el ritmo

Si hay un rubro que concentra la mayor presión sobre el presupuesto es el de los alimentos. En noviembre, el precio de las carnes aumentó 6,6% y en diciembre volvió a mostrar subas semanales cercanas al 1%.

Un relevamiento en carnicerías porteñas estimó que un asado clásico para diez personas cuesta alrededor de $124.800, con la tira de asado y el vacío como los cortes más caros. Aun así, el asado sigue siendo la opción preferida por casi la mitad de las familias, seguido por el vitel toné y el matambre.

La canasta básica navideña de alimentos pasó de $58.113 en 2024 a $70.481 en 2025, lo que implica un aumento del 21%. Frente a ese escenario, se multiplican las estrategias: vaquitas familiares, reparto de gastos y menús más simples.

Un diciembre sin salto del consumo

Desde el análisis económico, el cierre de año no muestra señales de un fuerte repunte del consumo. Los salarios reales tuvieron una recuperación parcial, pero el peso de los gastos fijos —alquiler, servicios, educación— absorbe gran parte de los ingresos apenas comienza el mes.

La baja de tasas puede facilitar algunas compras en cuotas, aunque sin generar un cambio sustancial en la dinámica general. La Navidad sigue presente, pero con otra lógica: menos impulso, más cálculo.

En síntesis, diciembre de 2025 combina tradición y ajuste. La celebración no desaparece, pero se redefine. Regalos más chicos, compras comparadas, mesas compartidas y un presupuesto que obliga a elegir. La ilusión sigue en pie, aunque cada vez más atravesada por números que marcan el pulso de las Fiestas.

Dejá tu comentario