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Milagro Sala: "Odio las armas, odio la violencia, mi ejemplo es Gandhi"

La dirigente jujeña habla hasta por los codos y por las rodillas, demasiado hiperquinética para una persona criada en la Puna. Pero nos sorprendió escucharla, y nos sorprendió gratamente.

No fue un encuentro ni programado ni casual.  Ni se habló de entrevista periodística o reportaje.
Coincidimos en el estudio del ex juez Luis Yrimia y nos sentamos alrededor de una mesa a charlar como si nos conociéramos de siempre.

Es como que  Milagro Sala no tiene prejuicio de largarse a hablar, como las personas que no tienen nada que ocultar y mucho menos que temer.

Tiene un récord difícil de igualar en el ámbito social. Construyó ocho mil viviendas de esas que no se rompen ni se vienen abajo por deficiencias estructurales. Y su bronca con los Schoklender por haber estafado a "los sin techo" es inocultable. Para ella hablar con la prensa es perder el tiempo, prefiere meter mano en la construcción de su movimiento social (no le agrada demasiado el término "piquetera") y por eso crecieron los rumores sobre su figura y su organización. Reconoce que hay gente en la "Tupac Amaru" que quiere solucionar las diferencias a garrotazo limpio, pero ella está convencida que su fuerza no es la violencia sino la solidaridad.

"Odio las armas, no sé usarlas ni me interesa.  También odio la violencia, mi ejemplo a seguir es Gandhi", el líder pacifista número uno en la historia del siglo XX.

"Pero a vos te adjudican tener un arsenal y muchas armas registradas a tu nombre en el RENAR (Registro Nacional de Armas)", le decimos. Y Sala responde que el RENAR tendría que aclarar esa situación y repite que no distingue un trabuco de una Glock (pistola de las mejores y más letales que se hayan fabricado). 

Y sale con revelaciones impensadas: "Nunca fui pobre, mi familia es de clase media y me educaron en el respeto al prójimo. Jamás viví en una casa con techo de lata, tuve casas dignas y ahora mi deseo es que todos puedan vivir en esas condiciones".

Milagro se larga a contar que por culpa del desmonte, las últimas lluvias causaron un alud que casi sepulta a un pueblito perdido en la quebrada.

Tiene una conciencia ecológica y aunque Cristina haga acuerdos con Chevron y la Barrik Gold, ella insiste que esa parte de los negocios oficiales no le gusta nada y hasta se lo dijo a la Presiente.

Sus disputas con "el perro" Santillán - otro dirigente sindical de Jujuy- y el radical Gerardo Morales salen en la charla casi automáticamente.

El negocio de litio (mineral del presente y más del futuro) salta en la mesa con una historia de aquellas.

Y otros negocios que rozan lo político. Por caso, dos empresas de la zona, CIMECOM y CETRANOR que trabajan para el Municipio de Jujuy Capital lograron cobrar deudas por casi 60 millones de pesos.

Entre Gerardo Morales (senador radical, empresario de familia adinerada) y el senador del FPV Pichetto acordaron apoyos a leyes en el senado a cambio que el Gobierno saldara esas deudas. No era poco dinero, 60 millones de pesos es un tocazo en todos lados.

Milagro cuenta sonriendo que después que su archi-enemigo Morales cobró ese dinero, lo dejó en el aire a Pichetto y ahora juega con Sergio Massa.

Y la remata con un "que se jodan (los del FPV) por hacer esos negocios a espaldas de los reales dirigentes de Jujuy".

La mujer nos propone otro desafío: "Visiten Jujuy por sus medios y vean lo que estamos haciendo (por su agrupación "Tupac Amaru"), sin que los acompañemos nosotros, vayan solos".

Está muy confiada en sus fuerzas y en que la gente reconoce su obra.

Dicen que tiene una imagen positiva del 15 por ciento y con eso le alcanza para una futura candidatura a gobernadora de Jujuy. Igual no le gusta hacer pronósticos, quiere seguir construyendo viviendas.

Sigue hablando sin parar. Nos repiquetea esa declaración de principios: "Odio las armas, odio la violencia".