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Mataron por "razones humanitarias"

Dos enfermeros fueron detenidos en Uruguay, acusados del asesinato de al menos 60 pacientes. Confesaron que les inyectaban morfina y aire por "razones humanitarias".

La justicia uruguaya procesó el domingo con prisión a dos enfermeros de dos de los más importantes hospitales de Montevideo, Uruguay, por el homicidio de al menos 60 pacientes, que estaban internados en estado grave, informó el diario Clarín.

Los implicados, que reconocieron en una primera declaración ante la Justicia que en los últimos dos años y con diferente métodos le provocaron la muerte a decenas de personas "por razones humanitarias", apenas se conocían y realizaban estas prácticas de forma independiente, aunque en las declaraciones ante el juez Rolando Vomero dijeron que sospechaban uno del otro, pero no sabían de qué forma, cómo ni cuándo cada uno mataba a sus víctimas.

El juez penal Rolando Vomero resolvió en la noche del domingo el procesamiento con prisión de los dos enfermeros por "homicidio especialmente agravado" y a una enfermera por encubrimiento de asesinato.

Los detenidos de 39 y 46, ambos con extensa trayectoria en la actividad, desempeñaban sus funciones en el Centro de Tratamiento Intensivo (CTI) del hospital público Maciel, ubicado en la Ciudad Vieja, y de la Asociación Española de Socorros Mutuos, una de las mutuales más reconocidas de Montevideo, donde desempeña funciones el ex presidente Tabaré Vázquez.

Los hombres fueron detenidos en el marco de la denominada "Operación Angeles" que había comenzado, dos meses atrás, un equipo de investigadores del Departamento de Vigilancia de la Dirección de Crimen Organizado a partir de una denuncia anónima.

Ante el juez, uno de los imputados reconoció cinco homicidios y el otro admitió 11 asesinatos y declararon que les inyectaron aire y morfina a los pacientes.

Los investigadores especulan que podrían ser muchas más las muertes provocadas entre ambos trabajadores de la salu. En tanto, la Policía y la Justicia, suponen que uno de los móviles es que los pacientes requerían mucha atención.

Por su parte, Inés Mazziotti, abogada de uno de los acusados, indicó que su defendido confesó haber cometido varios crímenes y declaró que "lo hizo por móviles de piedad".

"Después de 20 años de CTI (Centro de Tratamientos Intensivos), con estrés y entre la vida y la muerte, no pudo soportarlo más", añadió la abogada acerca de su defendido.

El Ministerio de Salud Pública manifestó más temprano en un comunicado su "honda preocupación" por el caso, convocó a la Comisión de Seguridad del Paciente y envió inspecciones a los servicios afectados, "de modo de recabar más datos que colaboren con la investigación policial y judicial".

Según contó uno de los médicos al matutino Clarín, cuando los pacientes se enteraron de lo sucecido en el hospital Maciel "se volvieron locos, es imposible trasladar a los pacientes que están internados ahí porque corren riesgo de vida. Sólo pudieron explicarles que están investigando qué pasó".

Con respecto a cómo se tomó el caso entre los empleados, la presidenta de la Federación de Funcionarios de Salud Pública, Beatriz Fajián, explicó al matutino que el caso provocó enorme sorpresa: "Los compañeros nunca sospecharon nada".