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Mataron de un tiro en la cabeza a un joven de 18 años durante una fiesta en Córdoba

La víctima fue identificada como Miguel Alejandro Molina. Además, otro de los invitados resultó herido con un balazo en el brazo.

Una fiesta privada organizada en el barrio Villa El Libertador, zona sur de Córdoba Capital, se salió de control y terminó con un invitado muerto, otro gravemente herido y varias personas con lesiones de distinta consideración.

El hecho se produjo el domingo por la madrugada en una vivienda situada en la esquina de las calles Pilcomayo y Carmelo Ibarra, donde se desarrollaba una multitudinaria juntada de la que participaban, principalmente, varones de la zona.

Cerca de las 6 se desató una violenta pelea entre dos bandas, en las que hubo inicialmente gritos, insultos, amenazas, golpes de puños y patadas. Pero luego, la violencia escaló y uno de los invitados sacó un arma desatando una balacera entre los invitados.

Miguel Alejandro Molina, de 18 años, recibió un tiro en una mano y luego otro en la cabeza; y quedó tirado en el piso, completamente inconsciente. Además, otro joven resultó baleado en su brazo izquierdo.

Ambos fueron trasladados por allegados hasta el Hospital Príncipe de Asturias, ubicado cerca del lugar. Sin embargo, dada la gravedad de su cuadro, Molina debió ser trasladado al Hospital de Urgencias, donde había quedado internado en estado crítico. Finalmente, este lunes por la madrugada, desde el centro de salud le confirmaron al diario La Voz el fallecimiento del joven.

El muchacho había quedado alojado en el shock room bajo atención constante del cuerpo médico. Su estado era de suma gravedad y su pronóstico reservado.

Por el momento, no hay detenidos y la causa quedó en manos del fiscal Tomás Tasas, quien dispuso que una brigada de la División Robos y Hurtos de la Policía se pusiera a trabajar de inmediato en procura de esclarecer lo sucedido y detener a los atacantes.

Si bien los investigadores pensaron inicialmente que se había tratado de una “mera riña”, con el paso de las horas surgieron testimonios que cambiaron la dirección del caso. Según publicó La Voz, los testigos aportaron pruebas que corroborarían la hipótesis de unos robos en medio de la fiesta como detonante del caos fatal que se desataría después.

No es la primera vez que los vecinos denuncian incidentes en esa propiedad en el marco de una fiesta. Comentan que es habitual la organización de fiestas durante los fines de semana y otra clase de encuentros en donde hay un alto consumo de alcohol y presuntamente drogas. Varios de esas juntadas, dijeron, terminaron con peleas y distintos incidentes.

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