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Los riquelmistas son como los kirchneristas

Obstusos, negadores, le juraron fidelidad a sus creencias y no admiten la disidencia... ¿Notó que es imposible debatir con ellos? En conclusión: Imbancables.

Por Pablo Ezequiel Ferrari

pferrari@diarioveloz.com

@pabloeferrari

Me imagino que usted vivió en los últimos tiempos alguna discusión con un kirchnerista y sufrió en carne propia lo complicado que es debatir con ellos. Al primer argumento que sea opositor al Gobierno Nacional y Popular, adjetivos calificativos como "Gorila", "Cipayo", "Oligarca" o "Vende Patria" son algunos de los epítetos con los que son acusados de no seguir los designios del modelo.

Aunque parezca increíble (o no), los riquelmistas han creado un culto idílico en la figura de Juan Román que mucho se parece al "amor" kirchnerista. Los adoradores del "último diez" no admiten ningún tipo de críticas al creador de juego, que pasó del vacío espiritual al vacío de los asados y ahora estaría "lleno" nuevamente.

Tanto kirchneristas como riquelmistas tienen algo en común: lo irritable que se ponen a la hora de debatir. Es muy difícil, por no decir imposible, que ellos puedan aceptar un argumento que, aunque válido, sea contrario u opositor a su pensamiento, que roza la radicalidad.

Tal vez no sea tan preocupante la postura de un riquelmista en comparación a la de un kirchnerista. Con el primero se debate de fútbol y, como mucho, de códigos y ética, pero con el otro, la discusión pasa por un modelo de país, por una idea de cómo llevar a cabo los objetivos de la República y el respeto por la democracia.

Lo importante en este aspecto es entender que la diversidad de opiniones tiene y debe ser admitida porque cuando las ideas se vuelven únicas y radicales el disenso termina siendo combatido y perseguido. Por eso es que los riquelmistas tienen que entender que el fútbol tiene vida más allá de Juan Román y que la Argentina posee más visiones que la que propone el kirchnerismo.