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Los indicios que podrían aclarar el misterio del crimen de María Valente, la mujer asesinada en su casa

María Valente apareció muerta en su chalet y a priori se pensó que fue un suicidio. La autopsia reveló pruebas de homocidio.

María Teresa Valente, una mujer de 62 años, apareció muerta cerca de la piscina de su chalet de Parque Leloir (Ituzaingó), el pasado sábado por la mañana. Los detalles de un crimen que se conoció por la autopsia forense.

El cuerpo fue encontrado por la empleada doméstica que llegó al domicilio a las 10. En primera instancia, se creyó que la mujer tuvo una muerte natural o que se suicidó, ya que no había signos evidentes de violencia.

"Al cuerpo lo encuentra la empleada doméstica, estaba con los pies dentro del agua pero con el resto del cuerpo afuera. La empleada llamó a la hija pensando que se había suicidado. No sabían si estaba muerta o no, por eso le hicieron reanimación cardiopulmonar (RCP). Cuando llegaron, los médicos dijeron que estaba muerta", relató el periodista especialista en policiales Gabriel Di Nicola en diálogo con el programa Hola Chiche (AM 950).

Además de la falta de evidencias claras, Di Nicola aportó un nuevo dato contundente que hizo que los investigadores apoyasen la primera hipótesis. "Las fuentes judiciales indicaron que hace 11 ó 12 meses intentó suicidarse", afirmó.

La autopsia realizada el día posterior determinó lo contrario. "Hallaron golpes en la cara, pero internos. Eso supone que el asesino le tapó la cara y ella se mordió por la asfixia", confirmó el periodista.

Fuentes judiciales afirmaron a La Nación que "el cuello no presentaba marcas, por lo que se supone que el asesino utilizó una tela para ahorcar a la mujer". El cuerpo presentaba "las carótidas desgarradas y en el interior de la boca de la mujer, signos de compresión".

La víctima se había divorciado y vivía en el lujoso chalet de la calle Gobernador Udaondo junto a su hijo, quien declaró que la noche anterior fue a dormir a lo de su novia. Su otra hija, la que acudió primero al lugar, trabaja con el padre y vive a pocas cuadras del lugar del crimen.

Según la familia, no faltaron objetos de valor en el inmueble, por lo que se descarta la hipótesis del robo. Tampoco hubo entradas violentadas, lo que hace creer a los investigadores que la víctima conocía a su agresor.

La casa no cuenta con cámaras de seguridad, pero las que pertenencen al municipio podrían aportar imágenes que ayuden a clarificar la causa, caratulada  como "homicidio", a cargo de la fiscal María Laura Cristini, de la Unidad Funcional de Instrucción 2 de Ituzaingó.