DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Los hombres que pagan por sexo son más propensos a cometer una violación

La investigación de la Universidad de California afirmó que la falta de empatía de los hombre por las mujeres los vuelve agresivos.

"Hemos descubierto que los hombres que pagan por sexo comparten ciertas características clave con los hombres en riesgo de cometer una agresión de índole sexual", afirmó el profesor Neil Malamuth, co-autor de un estudio publicado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) en el Journal of Interpersonal Violence.

Según explican en la investigación, el hombre capaz de pagar por la compañía de una mujer siente menos empatía por la prostituta, a la que ven como "intrínsecamente diferente a otras mujeres", por lo que podría llegar a violarla o a cometer otro tipo de actos violentos

Los casos que se investigaron dieron como resultado que "tanto los hombres que pagan por sexo como los que no lo hacen tienen de todo modos una preferencia por el sexo impersonal, temor a ser rechazados y una identificación hostil de lo masculino", develó el profesor Malamuth, que hace más de tres décadas viene estudiando los factores de riesgo que puede llevar a la agresión sexual.

Su Modelo de Confluencia caracteriza a los hombres que tiene más riesgo de cometer una violación, apoyándose en factores claves como comportamiento antisocial, personalidad narcisista, deseos de poder y control por sobre las mujeres, y una concepción del sexo más "como un deporte que como una relación íntima".

"Tenemos la esperanza de que este estudio sirva para por tierra con el mito de que los hombres que compran sexo son chicos buenos con frustraciones sexuales", afirma Melissa Farley, también co-autora del trabajo, "De todos modos, considerando los altos niveles de agresividad sexual encontrados en hombres que pagan por sexo, se debería promover una legislación más progresista, como las hay en Suecia o Noruega, donde se entiende que la prostitución es un crimen que depreda a las mujeres de sectores étnicos y económicos marginales. El modelo nórdico penaliza a los compradores, pero despenaliza a los que ejercen y les ofrece servicios sociales para salir de ese mundo".