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Lo políticamente correcto me tiene podrida

Todo fue llegando silenciosamente entre aplausos, valga la paradoja, y yo fui una de las que aplaudió, porque venía envuelto en banderas luminosas: no discriminemos al diferente, aceptemos la diversidad de géneros y que tengan la posibilidad de casarse los homosexuales, cuidemos del lenguaje sus improntas machistas y hagamos, en síntesis, de este mundo un lugar más justo para todos.

Pero de pronto, también silenciosamente, muchas cosas viraron al delirio. Me sentí una reverenda pelotuda sabiendo que para decir "enano" y ser "políticamente correcta" debía decir "persona de pequeña talla". Pensé en cuántas veces he dicho a mis niños "enanito". El sinónimos de Serrat "locos bajitos", también debe ser incorrecto, y un "pendejito de mierda", supongo que peor. ¿Quedarme en un "che pibe"? ¡Horrible manera llamar a un nieto!... Pero, ¿cómo llegué a este punto si estaba hablando de los enanos?... Es que me confunden tanto!!

Veamos otro ejemplo: por haberme casado por primera vez con un criollo tengo dos hijos morochos, una color Mercedes Sosa, y otro tirando al Negro Rada... ¡Y lo dije, nomás! ¡¡Negro!! ¡Vade retro Satanás, quémenme todos los fuegos del INADI! Pero si yo le digo señor Rada... ¿quién sabe a quién me estoy refiriendo? Igual, las palabras más cariñosas que he dicho en mi vida son Negro, Negrito, Negrita. No he sido una gran madre pero de algo estoy segura: jamás los discriminé.

Pero la gota que colmó el vaso fue el tango. Terminó hace poco el Mundial de Tango (la organización funcionó como un reloj) donde por primera vez en Buenos Aires se presentaron cuatro parejas del mismo sexo, algunos heterosexuales y otros gay, lesbianas o rabanito. Y sobre el escenario vimos bailar chicas con chicos y chicos con idem. Lo mismo me da. ¡Señores no es discriminar decir que el tango es esencialmente el baile de una pareja.

Ella femenina hasta el disfraz, y él, de algún modo, debería evocar a aquellos machos cuchilleros que Borges definía mejor que yo: "ahí están los soberbios cuchilleros/hoy, más allá del tiempo y de la aciaga muerte/ esos muertos viven en el tango."

Seguramente viven allí pero es más seguro que se vuelven a morir viendo a esos jóvenes delicados y lampiños que una imagina más dando saltitos en La Danza del Cisne (haciendo de cisne de ser posible). En el tango, esta danza tan única, "mandan los varones" aunque al decir de mi hija que es negra y malintencionada: generalmente no saben donde ir. Pero al menos hay que simular ser macho para cumplir con la primera idea de lo que es el tango. Ahora somos tan re-modernos que en lugar de escribir varón o mujer, deben anotar "conductor y conducido" ¡¡¡Dejate de joder!!! Ponete el lengue y vos, chiruza, la falda con tajo, los tacos sin fin, el rouge y las ojeras y si no les gusta, cada cual puede inventarse su propio baile, danzarlo como les dé la gana.

Personalmente creo que los campeonatos juzgan lo que es parte de una realidad habitual. El día que sea habitual que dos hombres bailen juntos en la milonga, entonces seguramente será habitual en el campeonato. Por el momento me sobresalta lo que es malo y me hace sentir una vieja prejuiciosa, lo que es infinitamente peor.

En fin, todo quizás forme parte de esos momentos en que la historia cambia. Recordar que luego de la Revolución Soviética, las orquestas ¡¡¡tocaban sin director!!! Me da cierto alivio no haberlas escuchado. Vuestra y lista para que el INADI me de cinco tiros.