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Lo de Hotesur es una burda patraña

A estas alturas es obvio que detrás del caso Hotesur hay una mano negra. Una conjura: acciones deliberadas para perjudicar a Cristina.

Extraído de La Nación

Por Carlos M. Reymundo Roberts

Todo el mundo sabe que no soy amigo de las teorías conspirativas, pero tampoco puedo hacerme el idiota. A estas alturas es obvio que detrás del caso Hotesur hay una mano negra. Una conjura: acciones deliberadas para perjudicar a Cristina. Aprovecharon su larga convalencia entre el Otamendi y Olivos y urdieron una trama siniestra. ¿Quién, quiénes? Voy a hacer una revelación sorprendente. Gente nuestra. Es horrible admitirlo, pero el enemigo duerme en casa. El enemigo está adentro y el desbarajuste que provocó está saliendo carísimo en términos políticos y, sobre todo, económicos. Esos 3000 pesos de multa que le pusieron a la señora se han clavado como una daga en las finanzas familiares, al punto que se ha pensado en medidas extremas: que Máximo tenga que salir a trabajar.

¿Alguien duda de que en todo esto hay intenciones aviesas? Presten atención. Hotesur está tan tirada de papeles que, en comparación, el auto de Boudou resulta un himno a la regularidad y transparencia. La empresa de nuestra Presidenta tiene dirección fantasma, accionistas poco claros, autoridades desconocidas, desde hace años no presenta balances (es decir, se ignora cuánto factura, su capital de trabajo, cuánto gana, cuánto pierde, cuál es su deuda), tampoco se sabe quiénes son sus representantes legales, dónde está radicada, cuántos empleados tiene... Es evidente que la señora no es Néstor, que atendía con la misma dedicación los negocios, la política, y la política como negocio. Ella no puede estar atenta a todo. Si cuida sus inversiones descuida la Presidencia, que no deja de ser una gran inversión. Quiero decir: los tipos que deberían protegerle las espaldas -las espaldas, el buen nombre y honor y, especialmente, la guita- directamente le juegan en contra. Es como que se propusieron convertir a Hotesur en la empresa más trucha del país, y los muy guachos lo consiguieron.

Yo tiemblo de sólo pensar que un día la aborda a Cris un periodista inquieto por estas cuestiones. Por suerte, no hay riesgo de que eso pase. Pero imagínense el diálogo. ¿Hotesur es suya?Supongo que sí. ¿Cuántas acciones tiene? Desconozco. Según su última declaración jurada, usted le debe a la empresa 4,6 millones de pesos. ¿En serio? ¡Hotesur, buitres! ¿Cuál es la dirección legal de la empresa? Lavalle al 900 y pico, Capital Federal. Pero esas oficinas fueron allanadas y ahí no hay nada. Odio cuando se mudan y no me avisan. ¿Quiénes integran el Directorio?Desconozco. ¿Quién es el presidente? Un Kirchner, me imagino. ¿Por qué no presenta balances desde 2010? Estos Kirchner son terribles. Ahora que la firma ha sido denunciada, ¿qué abogado la va a defender? Oyarbide.

Sigo con la conspiración destituyente. No satisfechos con haber filtrado a los medios la información sobre la increíble serie de ilícitos de la empresa hotelera, los conjurados aprovecharon el desconcierto y el relajamiento propio de un fin de semana largo, y se encargaron de organizar la defensa. ¡Sí, defendían a la señora los mismos que la atacaban! Pero fíjense cómo mostraron la hilacha. 1) Los tres primeros en salir a rechazar las acusaciones fueron Capitanich, Aníbal y D'Elía, digamos, tipos del arrabal de la política. Comprometidos con la causa, pero de casi nula trayectoria en el campo de la verdad. La gente se resiste a tomarlos en serio. Teniendo a mano a Hebe, a Barone o al propio Máximo, hay que querer muy poco a la Presidenta para mandarle esos escuderos. 2) El domingo a la noche apareció un farragoso comunicado de Hotesur cuyo párrafo más claro era el que admitía las irregularidades. Les regalamos la apertura a los diarios del lunes. El comunicado no llevaba firma, algo comprensible: era un documento incriminatorio. Un infiltrado lo hizo distribuir por Télam, otra burda maniobra destinada a perjudicar a la señora. Nadie moviliza a medio gobierno y a la agencia oficial de noticias por una falta "menos grave que pasar un semáforo en rojo", como la calificó Julián Álvarez, el segundo (que en realidad es el primero) del Ministerio de Justicia. 3) El lunes se conoció la multa de 3000 pesos. La Inspección General de Justicia, que durante años había estado mirando al costado mientras los enemigos de la Presidenta le cooptaban la empresa para revolcarla en el fango de la ilegalidad, de pronto salía de su letargo y le aplicaba un castigo. Para peor, lo hizo el lunes, que era feriado. Un monto intimidante y un día no laboral. Por su maldad los conoceréis.

Como una pesadilla, una y otra vez me vuelve la imagen de Cristina enfrentando al periodista inquieto. ¿Qué le pareció la multa? Injusta y desorbitante. Pero le he ordenado al Banco Central que la pague inmediatamente. ¿Por qué distribuyó Télam el comunicado de una empresa privada?Porque está al servicio del pueblo. Hotesur reconoció que estaba en falta. Sí, pero no presentar balances es una falta muy menor, irrelevante. ¿Qué opina de Bonadío? Una vergüenza, un escándalo: tiene una empresa que debe dos balances. Señora Presidenta: no se está investigando a Hotesur por cuestiones administrativas, sino por sospecha de lavado de dinero en la causa Lázaro Báez.

Cristina se toma unos segundos y responde. Pobre Lázaro, está hasta las manos.