DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Libia, imperialismo y energía

*Por Federico Bernal. La suerte del Viejo Mundo está ligada a la apropiación de nuevas y más fuentes energéticas más allá de su propia geografía. No es casualidad entonces que se encuentren embarcados en esta nueva aventura colonial.

Algunos años después de concluida la Segunda Guerra Mundial, Libia exportaba esparto y restos de pertrechos abandonados por las fuerzas del Eje y los aliados en su trascendental paso y combate en Libia. Pobreza y atraso extremo eran sus principales características. Pero a mediados de los años cincuenta la historia cambió definitivamente.

Estudios geológicos le asignaban una importancia hidrocarburífera más que importante. En 1955 se sanciona la Ley de Petróleo de Libia que abre el juego a la participación privada en materia exploratoria. Su primer resultado: el primer gran descubrimiento de la mano de la estadounidense Standard Oil of New Jersey en 1959, pozo Zelten (hoy rebautizado Nasser). Dos años más tarde, se habían descubierto 10 pozos de muy buena calidad y Libia pasaba a exportar crudo. Desde un enfoque geopolítico, su producción no debía pasar por el Canal de Suez ni atravesar el conflictivo Medio Oriente o dar la vuelta a África. Directamente vía Mediterráneo, el petróleo libio arribaba sano y salvo en cuestión de horas a las sedientas costas europeas de Italia y Francia. Para 1965, Libia era el sexto exportador de crudo del mundo (el 10% del total). A fines de los '60 producía 3 millones de barriles diarios de excelente calidad, llegando inclusive a superar la producción de Arabia Saudita en 1969. Pero la "estabilidad política" (léase complicidad) que tanto benefició a las petroleras extranjeras en Libia llegó a su fin poco antes de la muerte del rey Idris. El golpe de Estado de septiembre de 1969 comandado por Khadafi cambió radicalmente no sólo los escenarios político y petrolero libios, sino también al mundo árabe. Entre sus primeras acciones estuvieron, además del cierre de las bases militares estadounidenses y británicas, la restructuración de la industria petrolera nacional. Para entonces, el 30% del crudo importado por Europa provenía de Libia. Hasta la nacionalización total del petróleo en 1973, Libia fue aumentando drásticamente la participación estatal en la renta petrolera (fundó su compañía nacional en 1970), adquirió mayoría accionaria en las principales petroleras privadas e incrementó la cotización internacional del crudo. Este último hecho significó un gran aliciente a la política antiimperialista de la OPEP, política que hasta entonces había sido ferozmente contenida y combatida por las petroleras anglosajonas. En suma, la Libia de Khadafi de aquel entonces fue un actor clave para terminar con el orden petrolero mundial en poder de los Estados Unidos y las potencias europeas. Cuatro décadas más tarde, parecería que la tradición antiimperialista ha vuelto a apoderarse de la mente de Khadafi, con el petróleo y el gas libios más vitales que nunca para la supervivencia de la UE-27.

POTENCIA HIDROCARBURÍFERA Y PROVEEDOR ESTRATÉGICO DE EUROPA.

Según consta en el último informe estadístico de la OPEP (2009), Libia es la 8ª y 20ª reserva comprobada de crudo y gas natural del planeta, respectivamente. Hoy por hoy, destaca como la mayor reserva certificada de petróleo del continente africano. En 2009 se posicionó como el 13º exportador mundial de crudo. De su producción total, un 70% se destina a Europa, ubicándose según los últimos datos de la Eurostat como su tercer exportador, con un 9,4% del total (entre enero y agosto de 2010). Para el Observatorio del Mercado de la Energía de la Unión Europea (informe de 2010) el petróleo libio es vendido a Italia (523 mil barriles diarios), Alemania (210 mil), Francia (137 mil) y España (104 mil). Conforme detalla el informe Statistical aspects of the natural gas economy in 2009 (Eurostat), Libia fue en ese año el tercer exportador de gas (exceptuando a Noruega) a la UE-27 (después de Rusia y Argelia). Ese mismo año, el gobierno libio invirtió fuertemente en ENI, la compañía nacional de energía de Italia y su principal operador. Asimismo y a través de la subsidiaria Tamoil, Libia cuenta con puntos de producción y distribución de derivados en Italia (el 7,5% del total con 3000 estaciones de servicio), Alemania y Suiza. El crudo libio de excelente calidad es altamente demandado por el parque refinador de los Estados Unidos, Italia (donde es el principal proveedor), Alemania y Suiza. Cerca del 95% de las exportaciones de gas libio a Europa van vía gasoducto (Libia-Italia).
 
LIBIA Y LA DEPENDENCIA ENERGÉTICA DE LOS INVASORES.

Ahora bien, ¿cuán dependiente de fuentes energéticas foráneas es la UE-27? Su matriz energética primaria es altamente dependiente de los hidrocarburos, con el petróleo participando con un 36,4%, el gas natural un 23,9% y el carbón mineral un 18,3%. Más específicamente hablando, es dependiente de las importaciones de gas en un 64,3% y de crudo en un 84,5%. En 2008, la dependencia total de la UE-27 de fuentes energéticas foráneas se ubicó en un 54,9% según el Observatorio del Mercado de la Energía de la Unión Europea (informe de 2009). Ajustando la lupa energética por países (y específicamente analizando aquellos involucrados en el bombardeo a Libia), la Comisión Europea de la Energía (DG Energy 29/06/2010) informa lo siguiente: 1) Italia: importaciones de crudo de países OPEP 65% (principalmente de Libia). Importaciones gas: Argelia 35%, Rusia 32% y Libia 13%. ENI, principal operador petrolero en Libia; 2) Reino Unido: BP operadora en Libia; 3) Francia: Importaciones de crudo: OPEP 39% (en 2009 Libia fue el primero de la OPEP con el 28,5% del total, según el Instituto de Estadísticas y Estudios Económicos de Francia); y 4) España: Importaciones de crudo: OPEP 54% (importante participación de Libia).

CONCLUSIONES: SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA TERMINAR CON EL MAL EJEMPLO LIBIO.

La gravísima crisis socioeconómica de la Europa Occidental no puede soportar la profundización de la dependencia energética foránea. Ocurre que la UE-27 debe importar cerca del 55% de la energía que consume, porcentaje que no cesa de crecer. En otras palabras, la suerte del Viejo Mundo está –como lo estuvo siempre– íntimamente ligada a la apropiación de nuevas y más fuentes energéticas más allá de su propia geografía. No es ninguna casualidad, por tanto, que Francia, España, Italia y el Reino Unido –países críticamente dependientes en materia energética– se encuentren embarcados en esta nueva aventura colonial. El pueblo argentino no precisa mirar a Oriente Medio o a África para tomar conciencia del resurgir colonialista. Las Malvinas son un testimonio vivo, duro y desgarrador. A finales de los '70 la Libia de Khadafi –al igual que la Venezuela bolivariana a partir de 2000– fue clave para la ola nacionalizadora en materia petrolera en Medio Oriente y norte de África. Luego de cuatro décadas en el poder, luego de décadas de "acuerdo" con las multinacionales petroleras, Khadafi vuelve a retar el poder petrolero anglosajón. Tanto a los Estados Unidos como a las naciones europeas aludidas, la historia les obsequia una segunda oportunidad para terminar con el "mal ejemplo" libio. Nada más que esta vez, la crisis económica, social y energética del Primer Mundo les deja muy poco margen de error.