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Las reglas de juego son argentinas

*Por Tomás Bulat. La decisión del gobierno nacional de eliminar la restricción del límite del 5% por decreto y modificar así la posibilidad de nombrar directores que existía de la época de las AFJP desató una gran polémica en la cual mucha gente ha ido opinando, unos a favor y otros en contra de la medida.

Ahora la pelea está centrada en Techint ocultando el trasfondo de otras negociaciones que se vienen sucediendo.

¿Qué es lo que hubiera pasado en un país con instituciones fuertes y con apego a mantener las reglas de juego?. Dado el fin de las AFJP y que, de pronto el Estado incorpora acciones de varias empresas, en la que ni el Estado tomo la decisión de adquirirlas, ni la empresas tomaron la decisión de venderlas a ese socio, el camino era simplemente proponer un período de tiempo 90/120 días, en que las empresas tienen derecho a ejercer las compras de sus acciones a precio de mercado y terminado ese período ejerce su derecho accionario.

Pero como no es el caso, ya que el Gobierno tiene las acciones y no las piensa vender, tiene no solo el derecho, sino la obligación, de representar en los directorios acorde a su capital accionario.
Ahora bien, este caso ¿Es una nueva ruptura de las reglas de juego o son parte de las reglas de juego de la Argentina?

El mercado no existe en Argentina

La percepción generalizada, con su gran componente de realidad, es que las empresas ganan o pierden plata en función de la relación que tengan con el Estado. Los gobiernos van adaptando las reglamentaciones para que algunas empresas puedan crecer. La empresa que más crezca en Argentina es aquella que mejores vínculos con el poder de gobierno tenga, no sólo por una cuestión de negocios, sino también por cuestiones ideológicas o de conveniencia política.
La lógica que supone la mayoría de la sociedad, es que no hay empresa grande que se haya hecho por sus propios méritos, sino porque tiene o tuvo grandes contactos con algún gobierno anterior. Y es más, si quiere seguir creciendo, necesariamente va a tener que acordar con el gobierno nacional que siga.

Las empresas argentinas grandes no son viables sin acuerdos políticos con el gobierno nacional. Así es como Coto, Arcor o Techint no pueden crecer sin el aval político de turno. No es problema de este gobierno, que lo tiene exacerbado, son las reglas de juego de la sociedad argentina.

Cuando una empresa se hace muy grande, no es por mérito propio y por lo tanto no tiene derechos, sino que al cambiar el gobierno y sus reglas, tienen que adaptarse a esas sin cuestionarlas, porque su origen tampoco fue también político.

Si Techint o Arcor o una empresa Pyme de Rafaela gana plata y crece, no es sólo por mérito propio, sino porque consiguió beneficios del Estado, acuerdos de políticas, etc. y por lo tanto así como lo tuvieron, así se los puede sacar.

Esas son las reglas estables de juego de la Argentina. No son reglas de mercado como puede ser el mundo desarrollado, son nuestras reglas y aquel que las entienda y se adapte, puede crecer. No es que no hay reglas, las hay, pero no son las de mercado.

Una fábula empresarial

Antes que nada, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. Estas reglas vigentes hacen que las empresas tengan oportunidades de negocios que duran una limitada cantidad de años. La cuestión es aprovechar esos buenos momentos, con las siguientes etapas. La primera es aprovechar la oportunidad, capitalizar la empresa, conseguir financiamiento bancario barato, promociones y contratar personal.

Luego de la etapa de crecimiento, es el momento de comenzar a retirar fondos de la empresa, re invertir tan solo una parte y el resto invertirlo en activos menos riesgosos como ser departamentos, campos, etc. y la alternativa principal, sacar parte de los fondos al exterior.

Luego de la consolidación y con una empresa con un tamaño importante, lo ideal es venderla a una empresa extranjera (ahora básicamente brasilera) total o parcialmente. Con esos fondos, se comenzará otra empresa menor y la mayor parte pasara a engrosar otros activos que nos servirán para vivir mejor.

Quizás muchos vean una caricatura de este relato que he hecho. Y en parte lo es. No es que los empresarios argentinos son malos y especuladores. Es que estas son las reglas del juego. Los empresarios no están siempre bien con los gobiernos de turno. Así que si no aprovechan su auge, se hace insostenible la permanencia y menos aun la expansión.

Imaginen por un momento que el próximo gobierno no es cercano a los Kirchner. ¿Uds. creen que muchas empresas que crecieron enormemente estos años lo seguirán haciendo? O se adaptan rápidamente o venden. Siendo posiblemente la elección más racional la última, pero eso siempre luego de pasar por la primera.

Economía especulativa vs productiva

Estas reglas de juego hacen que los más flexibles sean los que sobreviven y se expandan. Los que lo quieran crecer más allá de lo políticamente y socialmente permitido, necesariamente chocarán con las reglas de juego. La verdad es que en Argentina negocio y política van de la mano y aquel que quiera separarlos no entiende las reglas de juego.

En economía se puede hacer siempre lo que uno quiera, lo que no se puede evitar son las consecuencias de esas decisiones. Y estas reglas de juego, que trascienden a este gobierno, hacen que los argentinos que pueden ahorrar lo hagan afuera y que las únicas empresas grandes que podemos tener, sean extranjeras.

La sociedad argentina, con su visión nacional, hasta ahora lo único que logra es que el dólar sea el rey y la producción local sea extranjera. Quizás deberíamos repensar nuestras reglas de juego.