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Las claves para entender por qué el crimen de Melina Romero se quedó sin detenidos

El episodio que mantuvo en vilo a una sociedad hoy parece dejar un mensaje desesperanzador. Cuáles fueron los errores de la Justicia.

El crimen de Melina Romero, la adolescente de 17 años que fue violada y asesina el día de su cumpleaños, este lunes quedó sin detenidos y así entró en la larga lista de casos que quedan completamente impunes en Argentina. Las dudas que hoy rebotan en la cabeza de Ana María, madre de la joven, son las mismas que las que pueden caber en la de cualquier ciudadano común: ¿por qué?

Las tragedias simplemente suceden y, de todos modos, resulta poco productivo intentar de entender por qué se producen. La lógica escapa a estas cuestiones, aunque no debería suceder lo mismo con el funcionamiento de la Justicia. La misma que encarceló a cuatro personas a mediados de año. La misma que este lunes terminó de liberarlas. La misma que hoy no encuentra acusados ni sospechosos en una causa que mantuvo en vilo a todo un país.

Los hechos comprobados dicen que Melina Romero, de 17 años, murió el 23 de agosto, día en que había salido a bailar en San Martín para festejar su cumpleaños. Su cuerpo fue hallado un mes más tarde en un arroyo cercano al predio del Ceamse de José León Suárez. La investigación de la causa se centró en el testimonio de una amiga de la víctima, Melody.

La aparición de esta joven madre fue clave en el avance de la investigación; de hecho, los fiscales otorgaron una credibilidad desmesurada desde un principio a sus palabras y fue por esta razón que el pai César Sánchez de, 45 años; Joel Fernández, de 18, alias "Chavito"; Elías "el Narigón" Fernández, de 20; y "Toto", de 16, terminaron en la cárcel.

La versión de la testigo Melody consistía en que todos los apuntados habían participado en una fiesta sexual que incluyó el uso de estupefacientes y en la que Melina Romero habría sido abusada y luego golpeada hasta alcanzar su trágica muerte. La fiscalía no dudó en ningún momento de los dichos de la testigo, pero, desde un principio, sus palabras sin asidero parecían insuficientes para mantener en reclusión a los cuatro sospechosos.

La Sala I determinó la "falta de mérito" para mantener en la cárcel a los adultos implicados. El Juzgado de Garantías del Fuero Penal de Responsabilidad Juvenil siguió la misma línea y liberó a "Toto", el único menor sospechado.

Con el paso del tiempo, la falta de otros testigos y la inexistencia de pruebas que respaldaran los dichos de la testigo central, volvió insostenible la reclusión de los acusados. Actualmente, la Justicia no tiene otros sospechosos. La investigación parece dejar un mensaje desesperanzador: nadie mató a Melina Romero.

A pesar de la impotencia y de lo difícil que puede resultar comprender cómo puede perpetrase un crimen de tales características sin consecuencias para los responsables, lo cierto es que tampoco se puede considerar justo el hecho de encerrar a personas de las que no se tienen pruebas para aplicarles un castigo.

"Las investigación aún no finalizó", expresó el abogado de la familia de Melina Romero, Marcelo Biondi. La sociedad tendrá que esperar para saber si el caso queda, como tantos otros, impune o si esta vez se cambiará la historia.