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La vocación de ser cura se extingue en Neuquén

Hay apenas siete seminaristas en la provincia. El Obispado debió pedir curas de otras partes del país. La orden salesiana está en crisis. Las causas y la preocupación en la Iglesia.

 Una vocación que pierde prestigio social, los cambios culturales y los problemas de la Iglesia explican la falta de sacerdotes.
 
Neuquén > "Nos preocupa mucho la falta de sacerdotes. En la provincia sólo hay siete seminaristas estudiando, y si todo va bien se ordenarán recién en 2012. Es una cifra muy baja para nosotros", aseguró el obispo Marcelo Melani.

La Diócesis de Neuquén cuenta con 53 parroquias. Varias de ellas tienen más de una capilla o comunidad. Y en la actualidad posee 52 curas. Además hay 18 diáconos.

"Tendría que haber un número mayor de seminaristas porque seguro que los siete no van a llegar a ser ordenados como sacerdotes. A lo largo del tiempo se pueden arrepentir ellos, o podemos ver que no tienen la calidad para poder continuar", manifestó Melani, quien reconoció que el tema de la vocación sacerdotal preocupa en el seno de la Iglesia, tal es así "que hace pocos años se planteó en el Sínodo Episcopal".

Esta coyuntura provocó que desde el Obispado se pida el traslado de curas de otras partes de Argentina hacia la provincia. Es así que en 2010 se trasladaron tres sacerdotes: dos de Río Cuarto (Córdoba) y uno de Buenos Aires. Y para el 2012 se espera el arribo de dos curas más que llegarán de esas provincias que son las que más sacerdotes tienen en el país.

El obispo encontró un aspecto positivo de este presente y es que los seminaristas son de Neuquén. "Antes siempre venían de otros lugares. Principalmente por la figura de Don Jaime por lo que muchos pedían venir a la provincia".
 
Familia y celibato

Varias son las causas que llevaron a la Iglesia Católica, en todo el mundo, a transitar este presente. Aunque en Neuquén se da una situación particular que tiene que ver con la orden salesiana.

"En Neuquén la falta de curas se puede asociar directamente a una merma de la orden salesiana. Esta orden viene perdiendo interés y dinamismo. En Argentina fue la más grande con unos 1.500 sacerdotes, y ahora quedan cerca de la mitad", explicó Fortunato Mallimaci, sociólogo, profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA e investigador del Conicet, especializado en analizar el rol de la Iglesia en relación con el Estado y la sociedad.
"Otra razón se explica por la cultura que estamos viviendo. Muy individualista. Una cultura donde las cosas se tienen que conseguir ya. Y donde nadie esta dispuesto a hacer esfuerzos. Se puede agregar el hecho que el sacerdocio es por vida, no por un tiempo y en nuestra cultura cuesta tomar un compromiso por vida", subrayó Melani.

Para el obispo, una razón clave para entender este proceso de carácter histórico dentro del catolicismo es la familia. "Una principal es que hay muchas familias que no ayudan lo suficiente a ver el sacerdocio una llamada del Señor".

En tanto que Mallimaci pone el acento en una cuestión que tiene que ver con que las personas: "no quieren ser célibes. La sexualidad hoy se vive de una manera más abierta. Algunos creen que el celibato es una castración".

Además agregó que"otra causa es la mirada que existe hoy sobre el sacerdote. Hoy es una persona más. No es alguien que sobresalga. La gente confía poco en ellos. Hasta pocas personas se confiesan".
 
Falta de fe y prestigio

Otras de las causas es la "la disminución de una fe encarnada dentro de una Iglesia. Hoy día mucha gente tiene fe en Dios pero no quiere saber nada de la Iglesia. En ese caso la vocación sacerdotal no entra en un proyecto de vida", manifestó el obispo.

Mallimaci encuentra en la pérdida de sentido de la sociedad respecto a la Iglesia  una de las claves para entender este proceso.

"La pérdida de sentido es sobre lo que significa la Iglesia Católica para aquellos que desean ingresar al sacerdocio. Par algunos certezas, para otros compromiso de vida, para otros una comunidad de vida, para otros un refugio frente a las amenazas del mundo", dice el profesor de la UBA. 

Mallimaci además sostiene que la  pérdida de prestigio, presencia y credibilidad global actual de la Iglesia Católica, y su presencia mediática "casi exclusivamente en temas relacionados a la sexualidad o una 'moral natural' que se dice que está en decadencia, o en 'defender valores' amenazados por una 'modernidad relativista'   lleva a que muchas personas busquen sentidos de espiritualidad, identidad y pertenencia solidarios y comprometidos con los derechos humanos  en otros espacio sociales y culturales".

Finalmente Melani hizo una autocrítica:  "Ciertamente hay qué reconocer que errores y culpas de los miembros de la Iglesia y de su jerarquía han influido e influyen para que los jóvenes no escuchen la posible llamada del Señor".