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La tragedia que develó el drama de los pescadores argentinos: "Nunca sabes si vas a volver"

El buque "Repunte" hundido en Rawson el mes pasado dejó al descubierto la falta de control y las malas condiciones en las que navegan los pesqueros.

El 17 de junio el buque pesquero marplatense "Repunte" se hundió en medio de un temporal frente a las costas de Rawson, en Chubut. Hubo solo dos sobrevivientes, tres cuerpos fueron rescatados del mar y todavía son siete los desaparecidos. Prácticamente no hay esperanzas de encontrarlos con vida. La temperatura del agua en la zona en que ocurrió el naufragio es de tres grados bajo cero, y el tiempo de sobrevida en esas condiciones es de 15 minutos.

El día de la tragedia Gabriela Sánchez, socióloga y la hermana mayor de Gustavo, el Capitán del "Repunte", colaboraba como todos los fines de semana con un grupo de padres de jóvenes adictos en Mar del Plata, cuando a mitad de la reunión el ringtone de su teléfono la sacó de lo que estaba haciendo. Vio en la pantalla que era Mario, su marido, que también había viajado a Rawson a trabajar en un pesquero. Le extrañó el llamado porque ya habían hablado esa mañana.

"Lo primero que me dijo fue 'quedate tranquila' y pensé que le había pasado algo a él", admitió Gabriela en diálogo con Infobae, al repasar la conversación. "'El barco de tu hermano se hundió, pero están todos arriba de las balsas, está viniendo Prefectura, ya está todo controlado'", le mintió Mario.

Una de las últimas posiciones detectadas del "Repunte" -el sábado 17 de abril pasadas las 5:00 de la madrugada- fue al sureste de la ciudad de Rawson. El capitán del "María Liliana", que navegaba a 16 millas náuticas (32 kilómetros) de ahí, recibió a las 9:36 el aviso de Maydey (señal de socorro) de Gustavo. El buque fue el primero en llegar -incluso antes que el helicóptero de Prefectura- tres horas después de recibida la señal.

En un estudio reciente, la investigadora marplatense Silvia Paleo analizó los naufragios de pesqueros desde 2000 hasta junio de 2017: en 16 años y medio, la industria pesquera sufrió 41 naufragios que dejaron un saldo de 86 tripulantes muertos, incluidos los 7 desaparecidos del "Repunte".

El relevamiento también aportó estadísticas de los archivos del Tribunal Administrativo del Centro Naval, que develaron que la industria pesquera nacional logró ocupar el primer puesto internacional en materia de siniestros desde 1970 al 2000.

Pero el del "Repunte" no es un caso aislado. En este momento navega en Rawson el buque "Magdalena". Esta semana, en forma clandestina, las familias de los marineros del pesquero lograron filtrar videos en los que se ve cómo el interior del barco, incluida la sala de máquinas, se inunda. Sin bomba de achique, fueron los mismos tripulantes los que tuvieron que sacar por más de una hora el agua en baldes para no hundirse.

"Yo no quisiera quedarme sin laburo", fue lo primero que le respondió a Infobae uno de los marineros del "Magdalena", que no quiso dar su nombre y tardó dos días en decidirse a hablar. Cuando finalmente lo hizo, fue escueto, explicó lo que había pasado el día en que filmaron el video: "Una fisura en el casco de popa, que sumada al temporal hizo que el agua empezara a entrar". El marinero agregó que pudieron llegar a la costa gracias a una maniobra en alta mar en la que el "María Liliana" les alcanzó una bomba de achique para sacar el agua. "Uno nunca sabe si va a poder volver", agregó, como si fuera parte del trato.

El tripulante del "Magdalena" y sus compañeros siguen saliendo todos los días en ese mismo buque, que esta semana casi se hunde. Tienen que hacerlo. Mantienen a sus familias gracias a la pesca y temen quedarse sin trabajo. No es infundado: es el mismo miedo que tapa a la mayoría de las denuncias de lo que pasa en el mar argentino. Allí, donde no hay cámaras que registren tragedias ni testigos. Donde el agua oculta los cuerpos de hombres que mueren buscando ganarse la vida.

"Son situaciones que vive a diario el hombre de mar y que se han naturalizado", le explicó a Infobae "T.", un capitán que fue despedido por la empresa pesquera para la que trabajaba por negarse a abordar una embarcación que no estaba en condiciones.

"Uno se niega a subir a un barco pero atrás viene otro colega y sube igual. Cuando preguntás, la respuesta es siempre la misma: 'Necesito trabajar'", contó el capitán. "La consecuencia práctica de denunciar es que te desvinculan de la empresa. Después se pasan el dato entre las compañías y te tildan de 'conflictivo'. No laburás más", aseguró.

El "Libro de Navegación" es un diario de 100 fojas útiles que tienen todos los barcos. Ahí el capitán deja constancia de lo que sucede en la embarcación, desde las entradas y las salidas, a cualquier situación que ocurra a bordo. Al completarse ese diario se entrega ante la Prefectura Naval Argentina, que devuelve otro nuevo. Según dejó saber "T." si en alguna de sus páginas el documento compromete a las empresas, por lo general "se pierde". "Te dicen que se cayó al agua. Desaparece".

En los muelles todos se conocen. Pasaron su vida en el mar, y coinciden: "No sabríamos hacer ninguna otra cosa". Se mueven entre caras que les son familiares y eso, afirman, a veces termina siendo un punto clave para ciertas empresas: "Lo usan a la hora de las amenazas".

Esta semana un maquinista contó sobre los arreglos que se habían hecho en el barco. Lo hizo en un comentario debajo de uno de los posteos de la fan page de Facebook "Ni un hundimiento más", creada tras la tragedia por familiares del "Repunte". Una página en la que comparten publicaciones sobre la búsqueda y se dan fuerza unos a otros. El marinero recibió el jueves pasado una carta documento de la empresa pesquera para la que trabaja por la intervención. Infobae intentó obtener más detalles y la respuesta fue clara: "si aparece su nombre no lo embarcan nunca más".

El "Repunte" llegó al país, ya usado, en el año 1968. Era un barco pesquero de 32,6 metros de eslora perteneciente a la firma Ostramar S.A., y tenía asiento en el puerto de la ciudad de Mar del Plata, donde estuvo parado tres años.

Deberá ser el Juzgado Federal Nº2 de Rawson, a cargo de Gustavo Llerald, el que establezca qué sucedió en el "Repunte" la mañana del sábado 17 de junio, tras pedirle a la empresa los registros, las habilitaciones y cotejar los resultados de las pericias.

Los 12 tripulantes del buque eran Gustavo Sánchez (Capitán), José Omar Arias (1° oficial de pesca), Horacio Airala (jefe de máquina), Silvano Coppola (1° oficial de máquina), Néstor Paganini (marinero), Lucas Trillo (marinero), Claudio Islas (marinero), José Ricardo Homis (marinero), Luis Jorge Gaddi (engrasador), Fabián Samite (engrasador), Julio Guaymas (engrasador) e Isaac Cabanchik (engrasador).

"Yo estaba en la cocina cuando de pronto me di cuenta que estaba entrando agua por todos lados y salí desesperado a cubierta, pero no quiero hablar más, por favor", fueron las únicas palabras que pudo decir al borde del llanto el marinero Trillo, uno de los dos únicos sobrevivientes, rescatado del agua por el "María Liliana".

Infobae intentó comunicarse también con Guaymas, el otro sobreviviente del naufragio, pero su hermana Yanina explicó que no podía hablar, que el engrasador continuaba en "estado de shock" a casi tres semanas del naufragio.

La mayoría de los marineros vienen de familias de mar. Guaymas -sobreviviente del "Repunte" rescatado por el helicóptero de Prefectura- perdió a su hermano, Mario, en un naufragio en 2004. Sánchéz, a un primo hace dos años.

"Yo me despido de mi familia en casa, porque si van al muelle no me subo al barco", le dijo un marinero a Fuster. Cada nueva entrada al mar es también la posibilidad de no volver a verlos.

Gabriela Sánchez está casada con Mario, un trabajador pesquero, y tiene un hijo marino. Mientras ruega que el océano devuelva el cuerpo de su hermano, pelea para que las condiciones de los hombres de mar cambien: "Lo hago por ellos, por mi marido, por mi hijo, por los que quedan". En estos últimos días se encontró haciendo cosas que jamás imaginó.

(Fuente Infobae)