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La sospecha de un crimen narco y el misterio de los tatuajes en el cadáver de una mujer hallado en Colegiales

Los investigadores intentan determinar la identidad de la joven de entre 20 y 30 años que fue encontrada en el barrio porteño.

Ya había dejado de llover tras casi una semana de agua, pero el viento convertía al frío en una pequeña tortura para cualquiera que pasara más de 45 minutos de pie en la mañana de hoy en el barrio de Colegiales. Pero en una gran parte de los vecinos de la calle Céspedes, entre Zapiola y Conesa, corría por dentro el calor de la tensión. Era un sentimiento condimentado por la incredulidad, la indignación y la preocupación. Cerca de las seis de la mañana, un residente de la zona encontró en el medio de la calle el cuerpo sin vida de una mujer envuelto en una frazada. Lo que sucedió durante las horas siguientes responde al absoluto misterio.

Cerca de las 11 de la mañana la cuadra del coqueto barrio porteño comenzó a poblarse de visitantes, las cámaras de televisión y los periodistas se mezclaban con algunos vecinos, ávidos de dar su versión.

Un hombre robusto, con una gorra hacia atrás y que prefirió no dar su nombre, le dijo a Infobae: "Era de esperar que pasara algo así. Yo tengo un comercio por acá y a la madrugada mi jefe vio que se había juntado un montón de gente ahí. No sé si eran policías o qué. Pero no llamó la atención, por esa calle es normal ver a grupos de pibes que se juntan durante toda la madrugada. Hay una casa turbia ahí".

Al menos hasta las cuatro de la tarde de hoy no se había identificado a la víctima, sólo se comprobó que no se trataba de una persona indigente y que, en principio, no presentaba signos de haber sufrido algún acto violento, con un estado avanzado de descomposición. Las causas y la data de la muerte, con expediente por muerte dudosa de criminalidad a cargo de la Fiscalía Nº 50 bajo el doctor Jorge Domínguez, todavía resultan una incógnita. "Esperamos los resultados de la autopsia", decían investigadores del caso poco antes del mediodía, sin dar más información.

El cuerpo estaba sobre el empedrado, justo pegado a un camión de flete que parecía abandonado. Dos trozos de la misma frazada que fueron encontrados sobre la vereda le permitieron a la Policía de la Ciudad la sospecha sobre lo ocurrido en una de las casas, ubicada en Céspedes al 2900.

Se trata de una casona roja, con dos pisos, una reja externa negra, un cuartito delantero con una suerte de ventana (con doble enrejado) de atención al público y un patio delantero.

Esa misma casa fue objeto de críticas por la mayoría de los vecinos que se detuvieron a hablar con Infobae: "En esa casa venden droga todos los días. Los chicos hacen hasta cola para comprar. Yo ya fui a hablar a la fiscalía de la calle Mendoza, pero no sé si hicieron algo", afirmó Lucy, una señora de 74 años que pasaba horrorizada por el lugar.

El comerciante mantuvo la misma línea: "Ya lo sabe todo el barrio lo que hacen ahí. Además, el que vive ahí es el hijo de un tipo que vive en la cuadra de enfrente y que en su momento estuvo preso por robo, creo".

Las horas pasaban y transitaban curiosos de todo tipo. Incluso hasta los mediáticos: tanto Mario Pergolini, que posee una oficina en las cercanías, como el productor Pablo "Chato" Prada se acercaron a la cuadra de Céspedes para interiorizarse sobre lo que había sucedido.

Mientras tanto, la Policía de la Ciudad modificaba su accionar a medida que aparecían novedades en la causa. Después de haber quitado los precintos en las esquinas de Céspedes con Zapiola y Conesa, efectivos de la unidad de Criminalística decidieron volver a aislar con cinta la zona. Sin embargo, esta vez cercaron la entrada a la casa roja, sospechada de ser el lugar donde pudo estar la víctima antes de aparecer en la calle.

Miembros de la investigación confirmaron que el cuerpo llevaba sin vida varios días, por lo que se descartaba que el punto donde fue encontrado fuera la escena del crimen.

Poco después del mediodía, un joven a bordo de una moto y una campera deportiva del club River Plate se acercó a los investigadores: les advirtió que un amigo suyo no sabía nada de su hermana y que tenía la pequeña sospecha de que ella podía ser la víctima. Después de algunas preguntas y de la corroboración de varios datos, esa hipótesis fue descartada.

Según pudo saber Infobae, el cuerpo de la víctima de la calle Céspedes posee al menos dos tatuajes en el cuerpo y tiene una cicatriz en el bajo abdomen, producto de una cesárea. Existe, por otra parte, una denuncia de desaparición de una mujer de características similares realizada en enero de este año. Coincide con la víctima de la calle Céspedes en la edad, la presencia de tatuajes y la ropa que llevaba. La mujer desaparecida, de 25 años, oriunda de Villa Soldati, fue vista por última vez en la terminal de Retiro: estaba embarazada de ocho meses.

Ya llegadas las 16 horas, efectivos de la división Homicidios y el área de Criminalística de Policía de la Ciudad se mantenían en la zona del hallazgo del cuerpo a la espera de la autorización de la Justicia para efectuar los pasos a seguir.

Mientras tanto, el cuerpo de la víctima fue enviado a la Morgue Judicial. En principio se intentará revelar su identidad mediante SIBIOS, el banco de datos de huellas digitales de la Argentina. También se empezará a definir cuál fue el motivo preciso de la muerte de la joven.