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La psicología de la negación

*Fernando Heller. BRUSELAS.- Desde abril, cuando estalló la crisis de la deuda griega, hasta hoy, cuando Irlanda está a punto de ser rescatada por la Unión Europea (UE), escondido detrás del no, ese modesto elemento gramatical, reside una parte de la clave para entender la psicología de la negación de la crisis.

"España no es Grecia", "Irlanda no es Grecia", "Portugal no es ni Grecia ni Irlanda". Por el momento, muchos de los jefes de Estado y gobierno europeos siguen usando el adverbio no. ¿Lo hacen de manera inconsciente o es una estrategia política para calmar los ánimos de los mercados?

En España, analistas coinciden en que uno de los errores del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fue negar la crisis económica (con un 20% de desocupación y un déficit público del 11,2% en 2009), cuando esta parecía evidente para gurús como Paul Krugman. Según Isidor Pelc, catedrático emérito de psiquiatría de la Universidad Libre de Bruselas (ULB), la negación constante de la realidad puede convertirse en una enfermedad si no es tratada a tiempo.

"La llamamos ’síndrome de la negación patológica’; consiste en no querer mirar, ni oír, ni contemplar la faceta triste y negativa de la vida. Esto puede ser algo puntual, por ejemplo, con la muerte de un ser querido, pero cuando se convierte en un comportamiento reiterado y crónico, tiene consecuencias graves", explica Pelc.

"La negación de la realidad se enmarca a veces en un mecanismo de optimismo ilusorio, se trata, en definitiva, de un sesgo defensivo para poder vivir en medio de la multitud de problemas que nos aquejan en la vida", explica Manuel Rodríguez Abuín, experto español en psicología.

La crisis del euro está llena de adverbios negativos que, a la postre, se han transformado, en afirmativos debido a la fuerza incontrovertible de los hechos.