La Plata marca el pulso del nuevo ciclo inmobiliario

Por Juan Segundo Yacoub *

En un escenario donde la reactivación del mercado inmobiliario argentino empieza a tomar forma, La Plata se consolida como la ciudad del interior con mejor desempeño, tanto en precios como en volumen de operaciones. No se trata de un fenómeno casual ni coyuntural: detrás del repunte hay fundamentos sólidos que explican la fortaleza de este mercado.

Durante el último año, los valores reales de cierre para departamentos usados en La Plata crecieron un 20,5%, por encima de otras ciudades importantes como Mar del Plata, Rosario o Córdoba. Este dato, lejos de ser anecdótico, señala un cambio estructural. El crédito hipotecario, aún en fase incipiente, comienza a devolver profundidad a un segmento de demanda que había quedado marginado, y La Plata aparece como un terreno fértil para esa recuperación.

¿Por qué La Plata? Porque reúne condiciones únicas en el contexto urbano argentino. Su densidad universitaria, la migración estudiantil constante y la abundante oferta de unidades de dos y tres ambientes generan un mercado con rotación sostenida. Además, su planificación original, con una traza ordenada y una escala urbana amable, sigue siendo una ventaja comparativa frente a otras ciudades del país.

La cercanía con CABA —menos de 60 km— y la buena conectividad por autopista y tren refuerzan su integración al principal corredor productivo del país. Sin embargo, lo hace sin perder su identidad: con barrios tradicionales y polos residenciales que conviven con una vida cultural y científica de gran riqueza, La Plata mantiene una escala humana que atrae tanto a estudiantes como a familias y profesionales.

El corazón económico de la ciudad también es diversificado: capital de la provincia, sede de organismos judiciales, universidades, servicios profesionales, un puerto en crecimiento y un hinterland industrial que incluye la refinería y otras actividades conexas. Esta multiplicidad de fuentes de empleo genera ingresos estables y sostiene una demanda habitacional constante.

Hoy vemos cómo los precios —aunque todavía por debajo de los máximos históricos— empiezan a subir sin desalentar la demanda. La mayoría de las operaciones se concentran en un ticket medio que va de los USD 35.000 a los USD 75.000, pero también se registra un aumento del movimiento en propiedades de mayor valor en zonas consolidadas como el Casco, Gonnet, City Bell y Villa Elisa.

La combinación de unidades terminadas y obra nueva —con estándares cada vez más exigentes en cuanto a eficiencia y calidad— responde tanto a la necesidad del usuario final como al objetivo del inversor: confort y previsibilidad por un lado, renta sostenible por el otro.

Nuestro foco es combinar obra nueva y unidades terminadas, como en los complejos Kent, Meydan y Melek pronto a entregarse, con estándares de calidad y eficiencia. El inversor busca renta sostenible y el usuario final, confort y previsibilidad.

La evolución del crédito será decisiva. Si bien la suba de tasas reciente le restó atractivo, las condiciones están dadas para que en 2026 el financiamiento vuelva a ser un motor clave del mercado. La cuota hipotecaria ya comienza a competir con el alquiler, y muchas familias se animan a tomar decisiones de compra al encontrar tipologías adecuadas y buena ubicación.

La Plata está hoy a la vanguardia del repunte inmobiliario en el interior del país. Con fundamentos firmes —universidad, empleo, servicios—, una identidad urbana definida y precios todavía competitivos, se posiciona como referencia indiscutida del nuevo ciclo. No es una moda pasajera: es una ciudad que crece con lógica, que atrae y que se adapta. Y eso, en este contexto, vale oro.

*Juan Segundo Yacoub es Vicepresidente de Yacoub Real Estate & Developers.