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La obesidad, un mal que urge combatir

Con el paso de los lustros, el famoso gordito, dueño de la pelota, fue aumentando de peso hasta convertirse en obeso, es decir en aquella persona que tiene un exceso de peso por acumulación de grasa.

El sobrepeso y la obesidad fueron in crescendo en las últimas décadas hasta convertirse en el quinto factor principal de riesgo de muerte en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por año fallecen alrededor de 2,8 millones de personas adultas por esa causa. El organismo señala que desde 1980, la obesidad se ha reproducido en un modo preocupante.

De acuerdo con las estadísticas de la OMS, en 2008, 1.500 millones de adultos (de 20 y más años) tenían sobrepeso. Dentro de este grupo, más de 200 millones de hombres y cerca de 300 millones de mujeres eran obesos. El 65% de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal. En 2010, alrededor de 43 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso.

En la Argentina, la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2005-2009, efectuada por el Ministerio Nacional de Salud reveló que el 53,4% de la población argentina padece de sobrepeso y obesidad. El porcentaje promedio de obesidad en el país trepó del 14,6% en 2005 al 18% en 2009. "En Tucumán la obesidad sigue firme por arriba de la media nacional: en 2005 fue del 17% y en 2009 alcanzó un poco más que el 21%, al igual que Santiago del Estero. Le siguen La Rioja y Mendoza con el 22%", afirmó una especialista y docente de la Universidad de Buenos Aires.

La encuesta nacional indicó que en el último lustro, la inactividad física se incrementó significativamente al 54,9% en comparación a 2005, que fue de 46,2%. El 19,2% de la población evaluó su salud como mala o regular. El 53,4% presenta exceso de peso y la obesidad aumentó significativamente del 14,6% (2005) al 18.0% (2009) y manteniéndose la prevalencia de sobrepeso, que es del 35,4%.

El sedentarismo y la mala alimentación son las causas principales de la obesidad. La comida chatarra viene causando estragos. La escuela no ayuda a los chicos porque la actividad deportiva se reduce a un par de horas semanales de educación física que no cubren las necesidades de movimiento para cuerpos en desarrollo. Los quioscos escolares ofrecen justamente lo contraindicado: golosinas, gaseosas, galletas, panchitos, alfajores, papas fritas, tentaciones difíciles de rechazar.

Las áreas estatales de Salud, Educación y Deportes deberían diseñar programas que promuevan la actividad física, desde certámenes deportivos intercolegiales hasta bicleteadas o caminatas con itinerarios entretenidos y premios atractivos.

Desde septiembre de 2008, la Argentina cuenta con la Ley 26396 de Trastornos Alimentarios (Tucumán desde 2006) por la cual la obesidad, la bulimia y la anorexia son reconocidas como enfermedades, pero la norma aún no fue reglamentada. Parece inadmisible que en casi tres años la iniciativa no haya entrado en vigencia. Los principios básicos de la nutrición saludable deberían adquirirse en la escuela primaria. De ese modo, se crearía una conciencia temprana de cómo alimentarse bien y los chicos podrían defenderse con sólidos argumentos del constante bombardeo al que los somete la sociedad de consumo.