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La historia de amor de Máxima Zorreguieta y el príncipe Guillermo de Holanda

Como un cuento de hadas, la argentina padeció sobrepeso y tuvo mala suerte en el amor hasta que apareció su príncipe azul. Conocé su increíble historia.

Como un cuento de hadas, la argentina y futura reina de Holanda, padeció sobrepeso, desamores, hasta que apareció su príncipe azul.

Máxima dejó Buenos Aires el 9 de junio de 1996 con la idea de trabajar unos cuatro o cinco años en un país distinto para ganar experiencia y luego volver a su tierra natal.


En ese momento, había adelgazado los kilos de más que tenía durante su adolescencia y

trabajaba en HSBC James Capel Inc.

Según relata la biografía realizada por Gonzalo Álvarez y Soledad Ferrari, Máxima tenía una activa vida social y en una de esas salidas con sus amigos se reecontró con una amiga de la infancia del exclusivo colegio de niñas Northlands, Cynthia Kaufmann.

Gracias a Cynthia, Máxima conoció la vida nocturna de Manhattan, era una chica muy conectada y siempre asistía a las mejores fiestas.

En marzo de 1998 cambió de trabajo a vicepresidenta del departamento de Mercados Emergentes del Dresdner Kleinwort Benson, uno de los bancos de inversión más importantes del mundo. Su pasión por el trabajo y las recurrentes salidas con su amiga Cynthia, hicieron que de a poco se desgastara una relación que tenia en ese momento con Dieter Zimmermann, un alemán que trabajaba para una empresa sueca.

Un día ella y Cynthia se fueron a esquiar a Vermont y ahí Máxima le contó que lo suyo con Dieter no iba bien.  Ese día Cynthia le dijo a su amiga: "Tengo un tipo ideal para vos..."

Máxima insistió en que le revelara el nombre del galán pero su amiga no cedió y sólo se limitó a decirle "Tené paciencia. Cuando te enteres, te vas a caer del c...".

Finalmente, el encuentro tuvo lugar en marzo de 1999, en una fiesta que tenía lugar en una feria de Sevilla. El príncipe cuatro años más grande que ella, la vio a lo lejos bailando sola pero ya la conocía en fotos que le había mandado poco antes Cynthia por correo.

Cynthia le dijo que ese rubio grandote que caminaba hacia ellas, acompañado por un guardespaldas, era el heredero al trono holandés, Máxima dijo espontáneamente "¿Ése? ¡No jodas!"

Se presentó y Guillermo no pudo disimular lo mucho que le gustaba la argentina. Luego la sacó a bailar pero Guillermo Alexander no tenía muy buen ritmo así que en una de esas Máxima volteó a ver a sus amigas y les dijo en español: "¡Es de Madera!", el príncipe le preguntó que qué decía y la princesa le repitió la frase pero en inglés "That you are made of wood" él se rió y se enamoró.

Así comenzó el romance.  Al poco tiempo, Máxima conoció a sus suegros en Italia, la mamá de Guillermo, Beatriz ya había investigado la vida entera de la novia de su hijo y la pareja real estaba fascinada. Luego ella le presentó a sus padres también.

Dos años después llegó la gran boda aunque no fue todo color de rosa. El papá de Máxima, Jorge Zorreguieta, había sido Subsecretario de Agricultura durante la dictadura de Videla y su trabajo fue duramente criticado en La Haya, razón por la cual le prohibieron ir a la boda de su hija y finalmente la tuvo que ver por televisión desde Londres.

Máxima lloró durante la ceremonia y más cuando escuchó "Adiós Nonino" el tango preferido de su padre y que ella había elegido para que se tocara ese día.

Pese a todo, la pareja prosperó y hoy en día, la madre de tres hijos del principe Guillermo está punto de convertirse en la reina de Holanda.