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La historia de amor de Marcela Tinayre y Marcos Gastaldi: contra viento y marea

El romance comenzó en 1997 y a pesar de terminar con un divorcio, no se separaron nunca más. Juntos se convirtieron en padres de Rocco y formaron una familia ensamblada. 

La historia de amor de la Marcela Tinayre y Marcos Gastaldi comenzó en 1997. Fue ese año que aparecieron las primeras fotos juntos, disfrutando de una estadía romántica con el marco ideal que dan los lagos patagónicos.

Ni para ella ni para él era el primer matrimonio. Ella había estado casada con Ignacio Viale, padre de sus hijos, Juana y Nacho. Él tenía cuatro hijos. Pero como dice la canción “el amor fue más fuerte”. La convivencia fue el siguiente paso. Cuando murió Daniel Tinayre, el adorado único hermano de Marcela, Marcos la acompañó en ese dolor. La lealtad entre ellos empezaba a ser tan fuerte como su amor. Se casaron en el año 2000 en Miami, un año después nació Rocco.

La relación se consolidaba. Rocco había traído alegría y un lazo que los uniría para siempre. Pero en abril de 2002 Gastaldi fue detenido estafas reiteradas supuestamente cometidas durante su gestión como uno de los dueños del Banco Extrader. El empresario pasó un breve tiempo preso en el penal de Ezeiza. Lejos de “borrarse”, Marcela volvió a ser leal. lo acompañó estoica y lo visitó sin pedir o exigir tratamientos de estrella ante los férreos y a veces humillantes controles a las que se someten a las visitas.

Marcos pronto recuperó la libertad. Los siguientes años hubo rumores de chispazos entre la pareja que ellos desmentían. Cuando Rocco cumplió ocho años decidieron “darse un tiempo”. Fue entonces que Gastaldi conoció a una mujer, 24 años más joven que él. Hubo romance y ella quedó embarazada.

Lo que podría haber sido el “acta de defunción” de cualquier pareja, en cambio entre Tinayre y Gastaldi, fue solo un impasse. Ambos se reconciliaron, Marcos Gastaldi se hizo cargo de su hija, que nació en noviembre de 2010, pero volvió con Marcela.

Una declaración de la madre de Juanita resumió todo lo que pasaba: “Nos seguimos amando a pesar del tsunami”. Volvieron a convivir y a amarse, igual pero distinto. Lejos de una actitud posesiva o celosa, Marcela le dijo a su marido que debía estar presente en la crianza de su hija. Así fue. Una esposa leal sabe la importancia de un padre leal.

El matrimonio siguió adelante, con esa capacidad tan de los Legrand/Tinayre/Viale de mostrar hasta donde quieren mostrar. Se los veía juntos, sonrientes, pero no daban notas ni protagonizaban portadas. Su vida privada era privada.

Hasta que hace unos años comenzaron a surgir rumores acerca de la enfermedad de Gastaldi. Mucho se decía pero nada se confirmaba. En alguna entrevista la hija de Mirtha había dejado entrever que Gastaldi tenía “momentos, pero es una enfermedad del mal. Es duro, muy duro. Es fuerte la situación”.

Solo hace unos meses, Marcela confirmó: “Hay que cuidar el cerebro, hay que cuidar mucho el cerebro. Mi marido tiene una enfermedad de Parkinson terrible”, explicó.

También contó que “ya no estamos juntos, él no vive conmigo. Con su hija Valeria nos ocupamos muchísimo para que esté bien. Estamos al pie del cañón. Hablamos por teléfono a diario -cuando podía salir iba a verlo adonde está internado-, es una situación muy triste. Nunca imaginé esto y siempre dije que quería envejecer a su lado, pero su enfermedad pudo más y terminó por separarnos".

“A pesar de que estoy divorciada de él, ha compartido muchísimo en mi vida Lo extraño y lo cuido mucho”, añadió. Y así fue, aunque separados, Marcela se encargó del cuidado de su ex. Porque el amor es más fuerte y la lealtad, también.

Fuente: Infobae.

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