La historia de amor de "Amalita" Fortabat
La empresaria vivió una hermosa historia amorosa con el hombre que le heredó su fortuna.
"Yo nunca me enamoré de una persona si esa persona no se enamoraba de mí. Pero creo que lo que se llama amor a primera vista, solo lo tuve con Alfredo (Fortabat). Esa es una historia de amor increíble", relató Amalia Lacroze de Fortabat hace algunos años sobre su gran amor a la revista Noticias.
La intensa historia comenzó cuando "Amalita" se encontraba "en un palco del Teatro Colón (Buenos Aires), junto a mi prometido, Hernán, el padre de mi hija Inés, y noté que un señor de un palco más arriba me miraba".
"Entonces comencé a sentir que este señor provocaba algo especial en mí, una suerte de atracción. No era buen mozo, era espléndido, que es otra cosa distinta. Al rato me lo veo entrar al palco con una caja de bombones para mí", continuó.
"Lo invité a mi casamiento con Hernán y entonces él me llamó para excusarse: "No lo voy a poder soportar", me dijo. Después de muchos años nos volvimos a encontrar. Me separé de Hernán y me casé con él. Fui, durante más de treinta años, terriblemente feliz a su lado", concluyó "Amalita" sobre su propia historia de amor.
El 16 de enero de 1976, a solo 72 horas de la muerte de su esposo Alfredo Fortabat, Amalita se hizo cargo de la principal empresa cementera de Argentina con un patrimonio que rondaba los 8 millones de dólares.
Un cuestionado testamento le heredaba no solo la empresa sino una importante cantidad de compañías, campos, estancias, ganado, aviones, obras de arte, una emisora radial y una planta de inseminación.
La intensa historia comenzó cuando "Amalita" se encontraba "en un palco del Teatro Colón (Buenos Aires), junto a mi prometido, Hernán, el padre de mi hija Inés, y noté que un señor de un palco más arriba me miraba".
"Entonces comencé a sentir que este señor provocaba algo especial en mí, una suerte de atracción. No era buen mozo, era espléndido, que es otra cosa distinta. Al rato me lo veo entrar al palco con una caja de bombones para mí", continuó.
"Lo invité a mi casamiento con Hernán y entonces él me llamó para excusarse: "No lo voy a poder soportar", me dijo. Después de muchos años nos volvimos a encontrar. Me separé de Hernán y me casé con él. Fui, durante más de treinta años, terriblemente feliz a su lado", concluyó "Amalita" sobre su propia historia de amor.
El 16 de enero de 1976, a solo 72 horas de la muerte de su esposo Alfredo Fortabat, Amalita se hizo cargo de la principal empresa cementera de Argentina con un patrimonio que rondaba los 8 millones de dólares.
Un cuestionado testamento le heredaba no solo la empresa sino una importante cantidad de compañías, campos, estancias, ganado, aviones, obras de arte, una emisora radial y una planta de inseminación.