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La Fragata Libertad regresa a la Patria, pero la fiesta es toda para Cristina Kirchner

* Por Julio Blanck. Lo que viene es una fiesta con pretensión redentora. Una noche dulce después de tantas amargas. Un día de gloria que sirva para sacudirse el mal ánimo por los tropiezos y las torpezas.

Nota extraída del diario Clarín.

Un borrador de tristezas , diría Silvio Rodríguez. La que vuelve a la Patria es la Fragata Libertad pero la agasajada de la gran ceremonia de recibimiento será ella y sólo ella, nuestra Presidenta.

Entiéndase: Cristina acumula una seguidilla espantosa . El 8N los cacerolazos le llenaron las calles de gente enojadísima con ella. El 20N las mismas calles estuvieron vacías por la protesta sindical de Moyano y compañía. El 7D que al final no fue quedó como símbolo de un montaje desmesurado alrededor de la ley de medios, que terminó en derrota política innecesaria. El 20D , detonados por una interna entre dirigentes kirchneristas de Río Negro, explotaron en Bariloche los saqueos que después se replicaron en cuarenta ciudades de todo el país. Para colmo, la pretendida épica por la expropiación del predio de La Rural duró algo así como cinco minutos.

Con semejante rosario de sinsabores se explica que el humor de la Presidenta estuviese de los mil demonios , según cuentan los que dicen saber qué pasa detrás de las paredes amuralladas del palacio.

Algo había que hacer para devolverle la sonrisa aunque sea por un rato, habrán pensado los adulones que le zumban como enjambre alrededor. Acudieron a los genios de la comunicación y la propaganda oficial, que con tanto acierto se desempeñaron a lo largo del último año. Y se les ocurrió la Fragata.

Ya avisaron, así que no habrá que sorprenderse: la Presidenta subirá sola a la nave para recibir a los marinos y ella será la única oradora, la noche del miércoles junto al mar. Y aunque esto no lo avisaron, tampoco habrá que sorprenderse si en su discurso presenta el retorno del buque insignia de la Armada como otra epopeya emancipadora y una victoria frente a la voracidad sin fin de los fondos buitre.

Seamos justos: tampoco Cristina está obligada a decir toda la verdad ¿Para qué arruinar tanta celebración?

Entonces, tampoco habrá que asombrarse si ella no menciona que la fragata fue retenida por un embargo previsible en Ghana, gracias a la torpeza y amateurismo de sus ministros.

Y nadie debería sorprenderse si ella, que el 30 de octubre había dicho que "jamás les vamos a pagar a los fondos buitre" , omite mencionar que hace una semana su gobierno informó a la justicia de los EE.UU. que podría reabrirse el canje de la deuda, lo que significa que estamos dispuestos a pagarles a los buitres lo que les debemos; eso sí, con las mismas quitas que otros ya sufrieron antes.

Volvamos a la fiesta que viene. Ya está el diligente Oscar Parrilli, secretario de la Presidencia, asegurándose la presencia de todos los gobernadores para que puedan aplaudir a la Presidenta en primera fila . Las asociaciones naúticas y las compañías navieras y pesqueras -¿estará allí la mano del impetuoso Guillermo Moreno?- prometen armarle a nuestro buque una escolta de doscientas embarcaciones . En el puerto marplatense trabajan duro en el dragado, no sea cuestión que el inquietante banco de arena allí instalado arruine la función. De verdad que todo promete ser espléndido, porque la Fragata Libertad llegando a puerto, con las velas desplegadas y la tripulación firme en cubierta y ocupando los mástiles y los palos, siempre es un paisaje conmovedor .

El acto se hará en el predio de la Base Naval. Durante la dictadura funcionó allí un centro clandestino de detención . Pero no se trata de meter cizaña: después de la fiestita del ministro de Justicia en la ESMA ya quedamos todos vacunados. Por cierto desde esa misma Base, en otro verano, se lanzó el Rally Dakar y nadie puso el grito en el cielo.

Mar del Plata va a aportar lo suyo. El intendente Gustavo Pulti convocó a artistas locales, habrá canciones y coreografías y desfilará la colorida Guardia del Mar, un clásico marplatense.

Por sobre todas las cosas, está en plena tarea Javier Grossman, gran director de escena del Gobierno, armando todo el espectáculo tipo Bicentenario para su estrella exclusiva. Habrá que ver si la gente, algo distraída por el verano, se prende un poco con algo de aquella alegría que fue masiva y genuina. Si hasta los artistas de Fuerza Bruta fueron convocados para repetir sus magníficas destrezas.

Y a no fijarse en gastos , que es la fiesta de Cristina.