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La emotiva carta de despedida de Chiche Gelblung a Berugo Carámbula

El director de DiarioVeloz recordó al actor uruguayo, quién padecía Parkinson y murió a los 70 años.

El mundo del espectáculo despide a la Berugo Carámbula, actor uruguayo que padecía Parkinson y murió esta mañana a los 70 años. Chiche Gelbulng escribió una emotiva carta para despedir al referente de la comedia.

Las palabras de despedida para Carámbula:

Alguien podía pensar que los 40 puntos de rating lo hacían feliz y poderoso. Sin embargo, cada uno de esos puntos le sacaban, todos los días, minutos de su vida. Por eso, murió relativamente joven.

Berugo había empezado a morir mucho antes, cuando pese al éxito fenomenal que tenía en la televisión, cada vez que tenía que salir al aire necesitaba antidepresivos y sedantes: ya en ese entonces no podía con sus ataques de pánico. El ataque de pánico como patología recién se popularizó años después, pero él lo refería mucho tiempo antes. "Me daba vértigo cada vez que tenía que aparecer en la tele. Traspiraba, temblaba, rogaba que una bomba destruyera el estudio así no tenía que hacer más televisión", recuerdo que me decía.

Todo esto le pasaba mientras el mundo estaba convencido de que él era feliz y poderoso con sus 40 puntos de rating. Hasta que un día, salía de la casa de sus padres y Berugo Carámbula sintió algo muy parecido a lo que debe sentirse cuando se apaga la vida. En ese momento, alcanzó a abrazarse a un árbol para no derrumbarse y que el mundo no se le cayera encima. Estuvo 15 minutos abrazado al árbol y entonces el médico le dijo que eso era un ataque de pánico.

A partir de ese momento, Berugo Carámbula empezó otra vida. Casi una lenta agonía que lo llevó hoy a apagarse definitivamente. En realidad ese vértigo panicoso era simplemente la antesala que enmascaraba algo más complicado que le pasaba a su cuerpo. Unos temblores involuntarios, leves, pero temblores que se insinuaban para anunciar un Parkinson prematuro y cuando no temblaba sentía que le costaba mover las manos y empezar una marcha. Eso se llama rigidez de Parkinson.

Todo junto, además de complejas decisiones de su vida afectiva, lo fueron aislando, pero nunca lo alejaron del sentido del humor.

Como veterano integrante de la maravillosa trupe de uruguayos de Telecataplúm nunca se separaba de su sentido del humor. Decía que su mano temblorosa lo ayudaba a rasgar la guitarra sin esfuerzo y hasta ensayaba el humor audaz de decir que el temblor lo ayudaba a mejorar su masturbación.

Con todo eso, transitó el olvido, la soledad, la pobreza que algún día alguien debiera explicar, el destino trágico de los que viven haciendo reír a los demás.

En una de sus internaciones en un hospital público, por supuesto, porque la obra social de actores no le cubría su enfermedad, llegó a negarse, por vergüenza, a atender el teléfono. Así transitó sus últimos 15 años, un hombre con un talento infinito para ser actor, músico, humorista, cantante.

Insistimos en que el gran misterio sigue siendo porque los que hacen reír mueren jóvenes: Alberto Olmedo, Jorge Guinzburg, Adolfo Castello, Tato Bores, Jorge Porcel, Javier Portales y a la lista infinita, ahora hay que agregarle a Berugo.