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La "casa embrujada" de Puerto Montt: ¿caso real o nuevo fraude paranormal?

Una serie de hechos atribuidos a lo paranormal generó un fenómeno social de tal magnitud que traspasó las fronteras chilenas.

Por Enrique Márquez

@ladislaomarquez

Un nuevo y presunto caso "poltergeist" en Chile, ha generado semejante revuelo que hasta la prensa extranjera se ha ocupado del mismo (Publimetro Chile, 28-02-2017). Al relato de los moradores de una casa ubicada en Esperanza 3322 del sector de Alerce, en Puerto Montt, se ha sumado una serie de videos caseros y otras filmaciones de medios periodísticos que ―supuestamente― confirmarían una actividad paranormal en el lugar con incendios espontáneos, rotura de ventanas, movimientos de variados objetos y caída de muebles.

De acuerdo al testimonio de Diego Almonacid, un joven de 17 años que habita esa vivienda y se ha transformado en el principal protagonista, los misteriosos acontecimientos se habrían originado en la segunda semana de febrero y después de encontrar una bolsa con excrementos colgada en la reja de la casa (Diario Digital Los Lagos, 27-02-2017 - La Cuarta, 28-02-2017).


Psíquicos, religiosos, autoridades municipales, policías y numerosísimos periodistas (amateurs y profesionales), se dieron cita en el lugar y armaron un tremendo revuelo en torno a un caso que, con sólo observar algunos videos subidos, no dejan dudas sobre este GRAN FRAUDE. Veamos.

Ni bien comencé a indagar sobre el hecho, fue inevitable no tener un déjà vu y recordar un fenómeno social similar que provocó la "casa embrujada de Gral. Madariaga", ocurrido en 1993 en nuestro país. Pero, esta vez, al menos disponemos de filmaciones de algunos supuestos fenómenos paranormales cuyo análisis nos permitirá confirmar el mismo final.

El gran disparador

Las declaraciones (26-02-2017) del carabinero Boris Olavarría González, cabo 2º de la Sexta Comisaría de Alerce, contribuyeron notablemente al interés periodístico. Por su condición de autoridad policial, alguien podría esperar un relato confiable, pero nada más lejano de la realidad. De lo único que fue "testigo" es de la caída de una espátula mientras entrevistaba a uno de los propietarios y, después de invocar al diablo, sintió que un cuchillo le rozó la espalda cuando salía del domicilio. En cuanto al fuego, dice claramente que "cuando estábamos afuera, un joven que estaba en el interior señaló que se prendió fuego una frazada y, claro, verificamos la situación, no había nadie más adentro y pudimos ver que la frazada se estaba incendiando, saliendo humo, algo que no se puede explicar, no hay explicación para eso...".

Seguro, con un "policía-testigo" como éste todo es inexplicable, incluso hasta cómo llegó a ser cabo. Nunca se le ocurrió que los objetos mencionados se los podría haber arrojado alguien y tampoco que el incendio de la frazada lo pudo originar "un joven que estaba en el interior".

Evidencias del fraude y confabulación familiar

Cuando el carabinero habla de 'un joven que estaba en el interior', si bien no lo menciona estoy segurísimo de que se refería a Diego Almonacid, el adolescente que identifiqué al comienzo como 'protagonista principal' y nieto de Juan Insulza, dueño de la vivienda y también cómplice de la farsa.


Este pícaro muchacho es el que realizó algunas filmaciones caseras con su celular y luego fueron difundidas como prueba de los acontecimientos paranormales que acontecían en la casa. En uno de esos primeros videos se escucha su voz mientras filma la rotura de una ventana por un "pocillo rojo" que voló por el aire.

Pero el pibe cometió un descuido que rápidamente fue detectado. Mientras sostenía su celular con la mano izquierda, arrojó el pocillo con la derecha entrando la mano en el plano de la cámara. El video editado en cámara lenta lo deja totalmente expuesto y anticipa este modus operandi que pasó a ser regla.

Este procedimiento de "tirar la piedra y esconder la mano" se repite en otros videos. Pero lo interesante es la complicidad familiar que hay en juego. En el próximo video veremos participar al jovencito y su abuelo junto a otros integrantes de la familia.

La misma noche del 26, Diego permite el ingreso a la casa de un supuesto periodista que se identifica como de radio y televisión pero que no tiene camarógrafo. Lo pasean por diferentes sectores de la casa y, mientras el ingenuo visitante orienta su cámara a un lugar, repentinamente vuelan objetos (encendedor, vaso, plato, fierro) de la nada y aparecen en otro sector donde no enfocaba la cámara. Todo esto se produce mientras transitan libremente por la vivienda otros integrantes de la familia. Van y vienen de un lugar a otro y atentos para colaborar con el engaño.

Cuando se produce la aparición mágica del encendedor, es evidente que fue tirado por Diego puesto que, de inmediato y vaya casualidad, su linterna alumbra al lugar donde quedó depositado.

El "inocente" abuelito

Juan "manguera" Insulza (de lentes, camisa a cuadros y saquito tricolor) hace su aporte, hacia el final, con la aparición de un fierro que, según él, "estaba afuera". Si volvemos a recurrir a la cámara lenta, podremos observar ―en una milésima de segundo― que don Juancito tenía el fierro oculto en su manga o debajo de su saquito y lo deja caer haciéndose el asombrado.

Don Juan también participó de otro video viral, filmado por Diego con su celular, en el que se cae un mueble mientras su abuelo implora a Dios con una biblia en la mano.

¡Oh, casualidad!, el mueble no es enfocado en el momento preciso en que comienza su caída y, para colmo, estaba ubicado al lado de una puerta. Es tan ridícula la escena y actuación de don Juan, que él mismo se delata dirigiéndose y abriendo esa puerta para que salga "el espíritu maligno" que supuestamente los acosa.


Lo mismo ocurrió, unos días después, cuando la periodista Clarisa Muñoz y equipo cubrieron, para el programa televisivo "Mucho Gusto" de Mega, una transmisión en vivo desde la casa. Sumaron al circo a su vidente de cabecera, Vanessa Daroch, y todos quedaron muy impresionados con los fenómenos que NUNCA VIERON, pero asegurando que "lo vimos con nuestros propios ojos" y "fuimos testigos" de lo ocurrido.


Puesto que ese programa fue acusado de complicidad y ciertos negociados tras bambalinas, a los pocos días se retractaron y ya no confirmaban actividad paranormal alguna sino sospechas de fraude.

Y bien, como siempre suele ocurrir en estos casos: más de lo mismo con mucho ruido y nada de nueces.