DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

La brecha digital en la educación

*Por Armando Gutiérrez. Asistimos, desde hace poco más de un año, a una verdadera lluvia de anuncios desde las diferentes jurisdicciones sobre la entrega de netbooks a alumnos de escuelas secundarias, técnicas, agrotécnicas y especiales.

Asistimos, desde hace poco más de un año, a una verdadera lluvia de anuncios desde las diferentes jurisdicciones sobre la entrega de netbooks a alumnos de escuelas secundarias, técnicas, agrotécnicas y especiales.

Los recursos que se están volcando en esta política, por parte del Gobierno nacional y de los diferentes estamentos provinciales, son importantes. La administración nacional tiene previsto invertir unos 750 millones de dólares entre 2010 y 2012; las provincias, sumas proporcionales a la dimensión presupuestaria de cada una de ellas.

Con el programa "Un alumno- Una computadora" se pretende eliminar o por lo menos reducir la denominada "brecha digital" y convertir a la netbook en un potente instrumento para la alfabetización digital.

Siempre es buena noticia que los gobiernos decidan asignar mayor presupuesto a la educación. Argentina, en ese sentido, está cumpliendo con las metas propuestas de asignación presupuestaria para educación en relación con el producto interno bruto (PIB).

Nativo digital. Dicho esto, me gustaría debatir sobre qué se entiende por "brecha digital", que –aparentemente– haría referencia a la dificultad que tiene un grupo numeroso de alumnos, proveniente de familias de escasos recursos, para acceder a su primera computadora personal.

Esa política está referida a la promoción de igualdad educativa, fijada en el artículo 80 de la Ley de Educación Nacional, que prevé: "El Ministerio de Educación (...) proveerá textos escolares y otros recursos pedagógicos, culturales, materiales, tecnológicos y económicos a los/as alumnos/as, familias y escuelas que se encuentren en situación socioeconómica desfavorable".

De cumplirse el programa y que al final del tercer año cada alumno en esas condiciones contara con su netbook , podríamos decir que se han cumplido las metas previstas y que hemos reducido la "brecha digital". Nos quedaríamos convencidos de que hemos contribuido al mejoramiento de la calidad educativa.

Quisiera proponer otra definición de "brecha digital". Los alumnos que hoy concurren a las aulas de nuestros colegios son, por circunstancias cronológicas, "nativos digitales". Han nacido en un mundo en el cual las tecnologías de la información y de la comunicación están plenamente incorporadas a su vida cotidiana. Es para ellos natural manejar un control remoto con múltiples menús en cualquier aparato electrónico, acceder con soltura a las diferentes funciones de un teléfono celular y, tengan o no computadora en su domicilio, circular con habilidad, desde un cybercafé de cualquier barrio humilde, por las diferentes redes sociales. Esa persona que definimos como "nativo digital" es uno de los actores del sistema educativo.

Nativo de escritura. Por otra parte, tenemos al actor principal del sistema, el docente, que es, también por circunstancias cronológicas, un "nativo de escritura". Es alguien que durante toda su escolaridad primaria y secundaria, y también en su etapa de formación específica, trabajó siempre con el texto escrito.

Este "nativo de escritura" es un inmigrante en el mundo digital. Y, como todo inmigrante, necesita tiempo y dedicación para manejar con soltura el lenguaje, la cultura y las formas de ese nuevo universo al que está arribando. Podemos dejar que se las arregle solo en estas playas en donde ha desembarcado y probablemente, con el tiempo y un poco de esfuerzo, logre hablar una especie de cocoliche, como nuestros abuelos inmigrantes.

Lo que necesita el sistema educativo es preparar sólidamente a los docentes para que puedan circular sin inconvenientes en ese complejo territorio, manejar con fluidez las nuevas herramientas del mundo digital y desarrollar con solvencia la actividad docente utilizándolas.

En el campo educativo, prefiero definir, entonces, como "brecha digital" a la distancia que separa a un alumno "nativo digital" de un docente "nativo de escritura" e "inmigrante digital".

Si aceptamos esa definición, las políticas públicas que tendremos que formular e implementar son diferentes y se deberán desarrollar en el mediano y largo plazo. Necesitamos reformular los institutos de formación docente. Es allí donde deberemos trabajar para que el "nativo de escritura" se capacite en el uso de nuevas tecnologías aplicadas a la enseñanza. Debemos generar desde esos mismos institutos, y/o desde las universidades, propuestas de formación en la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que permitan a los docentes elaborar sus estrategias de enseñanza con toda la potencialidad de estas herramientas, y guiar a sus alumnos por un aprendizaje creativo.

Se debería, también, contratar a expertos que permitan desarrollar sitios de libre uso en determinados campos disciplinarios para que los docentes trabajen en ellos como en una gran biblioteca universal y puedan manejar, junto con sus alumnos, información veraz y con base científica. Es necesario desarrollar contenidos digitales para ser usados en propuestas didácticas, las que deberán apuntar a transformar los modelos de enseñanza y a dinamizar nuevos procesos de aprendizaje.

Mediano y largo plazo. Es evidente que esta política que estoy proponiendo se desarrolla en el mediano y largo plazo. Los cambios profundos en educación no se dan de un momento a otro y por medidas voluntaristas.

La entrega masiva de netbooks da posibilidad a los sectores menos favorecidos de tener una herramienta necesaria para la inclusión en la sociedad del conocimiento, y eso está bien, pero podemos afirmar que con esto hemos contribuido a achicar una brecha "económica" más que "digital".

Sin embargo, si no trabajamos en la formación del docente y lo preparamos para el acceso y dominio de las tecnologías de la información y la comunicación, los chicos tendrán en su poder una herramienta que ya saben utilizar, pero no necesariamente para adquirir y desarrollar más conocimientos, y en dos o tres años quedará obsoleta.

El proceso que lleva a facilitar el acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación para todos los miembros de una sociedad implica, en primer lugar, desarrollar una amplia infraestructura de telecomunicaciones y redes (disponibilidad); en segundo lugar, que sea posible la accesibilidad a los servicios que ofrece la tecnología y, por último, poseer habilidades y conocimientos para hacer un uso adecuado de esa tecnología.

Las dos primeras condiciones son problemas a resolver por áreas de gobierno diferentes a la educativa. Pero la última, aplicada a la educación en particular, es una responsabilidad indelegable de los diferentes ministerios de Educación, que deberán formular políticas específicas como las propuestas.

No hay en esto un hecho mágico: "Entrego una netbook y mejoro la educación". No hay mejoramiento de la calidad de la educación si no hay mejoramiento sustancial en la formación docente.

Y esto implica políticas específicas, con objetivos bien definidos y presupuestos adecuados.

*Secretario general del Instituto Universitario Aeronáutico (IUA); ex secretario general de la Universidad Nacional de Córdoba.