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Khadafi decidió combatir con armas la revuelta

"Si hace falta, abriremos todos los arsenales para armar a todo el pueblo", amenazó el líder del régimen de Libia, quien se atrincheró en la ciudad de Trípoli, donde dispara misiles contra los opositores.

Los residentes de Trípoli se preparaban este sábado para batallas sangrientas después de una noche de disparos ante la amenaza del líder libio Muamar Kadhafi de armar a sus seguidores para derrotar la rebelión popular, que controla la región petrolífera del este.
  
Mientras que la oposición armada instaura una nueva administración en las ciudades bajo su control, se escucharon tiroteos por la noche en algunos barrios de la capital, que sigue bajo el yugo de Kadhafi.
  
"Se ha cortado la electricidad (ayer por la noche) y desde entonces no se ha restablecido",
declaró un habitante contactado por teléfono.

"Estábamos aterrorizados. Pensábamos que preparaban un ataque. Recogimos todo lo que podía servir de arma y vigilamos la puerta de la casa", agregó.

Pero en otros barrios de la capital, donde no se cortó la electricidad, la noche transcurrió en calma, según un periodista de la AFP.

En el ámbito diplomático se acentuaba la presión en el duodécimo día de insurrección.

El presidente estadounidense Barack Obama firmó un decreto que congela los haberes y bloquea los bienes en Estados Unidos del coronel Kadhafi y de sus cuatro hijos.

El Consejo de Seguridad de la ONU reanudará sus consultas el sábado a las 16. Un proyecto de resolución menciona sanciones, incluidos dos embargos, uno de armas y otro a los viajes del coronel Kadhafi, cuyos haberes también se congelarían, según fuentes diplomáticas.
  
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, declaró el viernes por la noche, al final de una reunión sobre este tema, que el Consejo de Seguridad debería tomar cuanto antes "medidas decisivas".

El proyecto de resolución del Consejo de Seguridad advierte también a Kadhafi que los actos violentos registrados pueden constituir crímenes contra la humanidad, según varios diplomáticos.

La Unión Europea ya decretó un embargo de armas, congeló haberes y prohibió la concesión de visados a Kadhafi y a sus allegados.

Es difícil determinar el balance de la violencia que sacude al país, aunque según el embajador adjunto de la misión Libia en la ONU, Ibrahim Dabashi, quien desertó del régimen, los muertos se cuentan por miles, pero otras fuentes barajan entre 300 y más de mil víctimas mortales.

Criticado en el extranjero y atacado por una oposición armada, Kadhafi tomó la palabra el viernes por la noche delante de cientos de partidarios suyos en el centro de Trípoli.

Era la primera vez que se dirigía en público a la población desde el comienzo de la revuelta.

 

"Lucharemos y venceremos", soltó. "Si hace falta, abriremos todos los arsenales para armar a todo el pueblo", amenazó.

El pueblo libio "ama a Kadhafi", afirmó, y pidió a sus seguidores que se preparen para "defender a Libia".

Sus partidarios agitaban la bandera verde de Libia, enarbolaban retratos del coronel y gritaban "Dios, Muamar, Libia y nada más".

El régimen libio parece cada día más aislado, tras ser abandonado a su suerte por los países árabes y varios colaboradores y diplomáticos, incluidos los embajadores libios en París, Lisboa, Ginebra y la UNESCO, así como por Kadhaf al Dam, asesor y primo de Kadhafi.
  
El embajador de Libia en la ONU, Mohamed Shalgham, también desertó.

El viernes las fuerzas pro-Kadhafi, desplegadas en torno a las mezquitas de la capital para impedir las protestas, dispararon a los manifestantes.

En el este de la ciudad, al menos dos manifestantes murieron a manos de los seguidores de Kadhafi en el barrio popular de Fachlum, según un testigo. Tanto en esta zona como en la de Ben Achur, varios testigos dieron cuenta de "disparos intensos contra todos aquellos que (se encontraban) en la calle".

"Las fuerzas de seguridad abrieron fuego indiscriminadamente contra los manifestantes. Hay muertos en las calles de Sug Al Joma", declaró otro habitante.

Cientos de personas se manifestaron contra el régimen en el barrio de Tajura. Y se escucharon tiroteos en Ghut Achal, en el oeste de la ciudad.

La televisión libia, que cita fuentes médicas, desmintió sin embargo que hubiera muertos en Trípoli.

Estados Unidos suspendió el funcionamiento de su embajada debido a la imposibilidad de garantizar la seguridad de los diplomáticos. Y entretanto prosiguen las evacuaciones de ciudadanos extranjeros en condiciones muy difíciles.