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Juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa: el forense confirmó una marca de una zapatilla en el rostro de la víctima

El experto habló de un impacto "de alta energía" contra un cuerpo que "ofrecía resistencia". Antes la médica que atendió a la víctima confirmó que ya no tenía signos vitales.

El juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa -víctima de una brutal golpiza a la salida de un boliche en Villa Gesell- entró en su segunda semana.

Este lunes declaran 10 testigos, entre los que se destaca el forense que le practicó la autopsia a la víctima​ en enero de 2020.

Por el hecho, ocho rugbiers están siendo juzgados por "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas"; y también por "lesiones leves" por las heridas que sufrieron los amigos del joven asesinado cuando intentaron defenderlo.

 

Diego Duarte, el forense: "Las lesiones más importantes son en el cerebro. Hay una impronta de zapatilla en la cara y el cuello"

En su testimonio, Duarte, el forense que atendió a Báez Sosa aseguró que el cuerpo "no presentó daños óseos", pero que los golpes fueron suficientes y determinantes para causarle "un derrame cerebral" a Fernando.

"No hay apertura, lesiones que hayan lastimado la parte ósea, los golpes que recibió fueron suficientes para dañar el cerebro sin romper la parte ósea", especificó el especialista.

Y agregó: "Se detectó mucho sangrado y mucho coagulo en cerebro, cerebelo y tronco encefálico; compatible con la aplicación de golpes".

Durante el testimonio, el perito forense confirmó que la marca de la zapatilla en Báez Sosa es "por un traumatismo de alta energía, contra un cuerpo que ofrece resistencia". "Está en el piso, y al aplicar compresión queda marcada", especificó. Sobre este punto, luego Burlando dijo a los medios que la resistencia podría darse por la misma contextura de la víctima.

​Además, Duarte aseguró que la víctima "tenía golpes en el tórax, producto de un golpe directo; también se observó una laceración o desgarro en el hígado". 

En su testimonio, el forense Diego Duarte dio detalles de la brutal paliza que recibió Fernando Báez Sosa. "La víctima presentaba la mayoría de los golpes en la cara y en el cráneo. Son zonas vitales”, confió. 

​El querellante Améndola consultó si Fernando podría haber sobrevivido si esa golpiza se daba en la puerta de un hospital. La respuesta del perito fue determinante, "no". 

El forense detalló finalmente qué encontró al revisar a los imputados. En el caso de Benicelli, Cinalli y a Viollaz, dijo "que tenían escoriaciones, y él ultimo una lesión contusa en el nudillo del tercer dedo".

Confirmó que también examinó a los sobreseídos, y que Guarino "tenía una quemadura en el antebrazo". En el caso de Milanés, "tenía escoriaciones lineales en el tercer y cuarto dedo de la mano derecha, y el tercer nudillo de la mano izquierda".

​El abogado de la familia de la víctima, Fernando Burlando, le preguntó a que podrían corresponder ese grado de lesiones, y el especialista no dudó: "Son escoriaciones, raspones, que se producen por la fricción de un golpe de puño, un golpe tangencial sobre la piel. Eso hace una descamación en el tejido".

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