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José López acusó a Cristina Kirchner de favorecer a empresarios amigos con los pagos de obras públicas

El exfuncionario dijo ante la Justicia que la expresidenta digitaba los desembolsos mensuales hacia las firmas de Lázaro Báez, Cristóbal López y otras dos sociedades cercanas a la familia presidencial.

El exsecretario de Obras Públicas José López dijo en su última declaración ante la justicia que la expresidenta Cristina Kirchner digitaba los pagos mensuales de avance de obras hacia los empresarios amigos del matrimonio presidencial. Así, los principales beneficiados eran Cristóbal López, Lázaro Báez, Electroingeniería, de Gerardo Ferreyra y JCR, de Juan Carlos Relats.

López relató ante los investigadores que Cristina pedía al entonces ministro de Planificación Julio de Vido el listado con todos los pagos mensuales de obras que se encontraban bajo el ala de su ministerio. El exsecretario de Obras Públicas, por su parte, tenía la misión de reportar los abonos correspondientes a los proyectos vinculados a Vialidad Nacional.

De acuerdo a lo que publicó La Nación, con esta información la exjefa de Estado establecía un esquema de reparto por el cual, con los fondos disponibles mes a mes, los pagos dirigidos a empresarios amigos tenían prioridad. Una vez que las compañías más cercanas a la Casa Rosada cobraban su dinero por avance de obras, el saldo restante se dividía en partes iguales entre el resto de las empresas.

Según el matutino, es la primera vez que el exfuncionario apunta directamente hacia Cristina Kirchner como responsable del sistema de pagos dirigido específicamente para favorecer a un grupo de compañías.

López pasa actualmente sus días detenido en un lugar que se mantiene bajo reserva, ya que integra el programa de imputados colaboradores por su confesión en la causa de los cuadernos de las coimas. Mientras, espera el veredicto del juicio por enriquecimiento ilícito.

El exmano derecha de De Vido estuvo preso en el penal de Ezeiza desde mediados de 2016 después de que lo descubrieran cuando escondía bolsos con casi nueve millones de dólares en un convento de General Rodríguez. En agosto pasado entró al programa de testigos protegidos tras declarar como arrepentido ante el juez Claudio Bonadio en la causa que investiga los cuadernos del chofer de Roberto Baratta.